Ciertamente, si nos acotamos al estribillo sobre la estrategia anti Covid-19 de saturar los hospitales, el gobierno ha superado esa prueba, aunque en el plano de la realidad debemos incluir el sin números de contagiados que no fueron al hospital por temor al “ya no salir vivo” de allí. Sin embargo, esa “prueba superada” no mitiga el dolor humano por la trágica mortandad, de la cual los informadores oficiales solo refieren en fríos números. Porque 560 mil 164 contagios acumulados y 60 mil 480 muertes por Covid-19 significan dolor y lágrimas, y miles de los caídos habrán escuchado con esperanza que la “curva ya se aplanó” y se veía “la luz del otro lado del túnel”. La angustia entre los mexicanos subsiste porque el presagio de los científicos no orgánicos es demoledor, pues calculan que esa fatal cifra podría rebasar los cien mil decesos de seguir vigente la misma estrategia sanitaria y de relajarse el uso del cubrebocas.