Ahora que el pico de la pandemia no aparece, con regular frecuencia hemos venido escuchando cómo el gobierno señala al relajamiento social y al poco caso a las convocatorias al confinamiento que se le formulan: “Estamos trabajando de manera coordinada para atacar la pandemia, controlar el nivel de contagios, pero nada de esto va a funcionar si la sociedad no se compromete a cuidar su salud”, dice el gobernador Cuitláhuac García. Pero olvida que la responsabilidad del gobierno es cuidar de la salud de los gobernados y que, para tales efectos de ser necesario puede hacer uso del “monopolio de la violencia”, es decir, de la autoridad conferida al Estado y su aparato administrativo, en tiempos como los actuales en los que está en juego la vida de miles de veracruzanos. No hacerlo, equivale al simple dejar hacer, y abandonar o ser omiso en la implementación de las políticas públicas.