AHÍ VIENEN LOS RUSOS 

*Temprano circuló la noticia de que el muñeco, Enrique Peña Nieto, estaba bajo custodia policial en España. No fue cierto, pero muchos lo quieren así, detenido y que devuelva lo llevado. Camelot.  

 

AHÍ VIENEN LOS RUSOS

 

El confinamiento viral lo tiene a uno como zombie, viendo serie tras serie de Netflix. Ahora estoy con los rusos, que una gran mayoría de su vida política han sido malitos, por eso son comunistas. Por las noches leo un libro de las atrocidades que cometieron cuando tomaron Berlín, que el mismo General Patton se negaba a dejarles entrar primero, pero Eisenhower lo detuvo en la misma entrada a Berlín. Porque, según los rusos, a ellos les tocaba pues habían perdido más de 20 millones en esa guerra cruel. La historia la relata el libro ‘Después del Reich’, de casi mil páginas, donde una a una va deshojando ese comportamiento brutal, cuando los rusos llegaron y violaron mujeres y asesinaron civiles en una cruel venganza. Como aquella del bombardeo de Dresde, llamado La tormenta de fuego, cuando los alemanes ya estaban rendidos y Winston Churchill llegó a matar gente inocente, en un lugar de mucha cultura. Fue llamada la vergüenza de los aliados. 1 mil 800 toneladas de bombas y más de 25 mil muertos, aunque otros relatan más de 200 mil. En fin, ando con los rusos porque encontré en Netflix dos películas en serie: ‘Los Últimos Zares’, cuando Nicolás y su familia imperial fueron derrocados y asesinados con sus hijos en un crimen que aun late entre los crímenes políticos más desalmados, que una turba de bolcheviques malnacidos ejecutó a esos pobres niños que no tenían más que la culpabilidad de haber nacidos como hijos del emperador de Rusia. Buena cinta, y voy por la otra que volveré a ver, ya metido en asuntos rusos: Trotsky, otra buena cuando León, ese revolucionario ruso vino a México y convivió con Frida Kahlo y el panzón diego Rivera, el segundo hombre de Lenin que fue liquidado en México por orden del carnicero Stalin. Buenas películas en serie Netflix.

 

JUGAR EN CANCHA AJENA

 

Viene la Champions, el torneo más famoso y difícil después de la Copa del Mundo. Llega en tiempos del Coronavirus, con los estadios vacíos y con ciudades que algunos equipos vetan como peligro por las infecciones. Ocurrió en Barcelona, donde el Nápoles asegura que ahí no quieren ir porque tienen mello del contagio. Pero para el caso es lo mismo, ¿Qué se sentirá jugar de local cuando no hay público? ¿En qué incidirá el jugador número 12, cuando no asisten espectadores? El Camp Nou quiso vetarlo el Nápoles, pero les dijeron nanais, juegan aquí porque juegan, igual intentó hacer el Real Madrid contra el Manchester City, todo porque el gobierno británico ha exigido que los extranjeros que lleguen a Reino Unido tienen que pasar por un confinamiento de varios días. Al Real Madrid ya le avisaron que no habrá tal cosa. En la copa Europea, la Europa League, utilizaron una sola sede, Alemania, por aquello del virus maldito. Los españoles Barcelona y Real Madrid están listos, uno para abrir el Camp Nou y el otro para tomar un vuelo desde el aeropuerto Adolfo Suárez- Barajas, y darle alegría a esos juegos que son de muerte, a partir del 7 y 8 de agosto. Mientras tanto, hagan sus apuestas y cierren las puertas. Ahí vienen los grandes, Messi y Cristiano y amigos que les acompañan.

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