SE VA, SE VA Y SE FUE 

*Los dioses no tienen piedad, por eso son dioses. Camelot. 

 

SE VA, SE VA Y SE FUE

 

Como narrativa de un comentarista deportivo del beisbol, cuando grita que la pelota se va, se va, y se fue. Así ocurrió ya este día en que el presidente AMLO aceptó la renuncia del viejito Javier Jiménez Espriú a la titularidad de la SCT. Nombra a un desconocido como titular, no llegó el nieto de Lázaro Cárdenas, quien era mencionado. Se cierra otro capítulo y otra caída de un secretario de 82 años, que se va a casa a descansar o cuidar a sus nietos, o quizá como le pidió al presidente, la Embajada de España, a comer fabada y morcilla. Jiménez Espriú le tocó el difícil y enredado caso de la caída del helicóptero de la gobernadora de Puebla y su esposo, pruebas presentadas que no dejaron satisfecho a muchos. Su desavenencia con el presidente fue cuando le quitaron las Aduanas del país, para dárselas a los militares. Y de los 8 que quedaban, ya nomás me quedan pocos, pocos, pocos, como la canción del perrito. ¿Quién seguirá? Han sido, con esta renuncia, 10 los funcionarios que se han ido, unos renunciando, otros, corridos. Cuando se supo la renuncia, no bajaron de anciano y viejo al sucesor, un tal Jorge Arganis Díaz, le llovió metralla en las redes sociales, por su edad, por ser un viejo, algunos dijeron que de 90 años, pero no, tenía solo 77. Una foto le acompañó junto a Porfirio Díaz, y otra donde los tres se abrazan de a lejitos, presidente y secretarios y junto les pusieron unas momias.

 

PARA SER VIEJO

 

Envejecer consiste en que los mismos amigos que antes te hablaban de las mujeres con las que se acostaban de pronto te contaban lo último que les había prohibido el médico. Para ser viejo, decía José López Portillo, hay que ser muy valiente. Hay que llegar a viejo pero, como dijera José Alfredo, hay que saber llegar. No hay problema al llegar a la vejez, si se llega con todas tus actividades funcionando, las cerebrales y físicas. Moisés dirigió el Éxodo a los 80 y Rubinstein interpretó como nadie a Chopin a los 90. Anoche mismo al secretario Jiménez Espriú, en la tele le recordaron su fracaso por la SCT, le exhibieron el tren México-Toluca, esa obra faraónica y llena de corrupción de Enrique Peña Nieto y su difunto ex secretario, Gerardo Ruiz Esparza, obra que lastima a todos los mexicanos, abandonada, inservible, sin dinero público. Luego, allí mismo le exhibieron cuando llegó todo prepotente con una funcionaria de empresa privada, a cuestionarla sobre el NAICM, que ellos no tenían aun nada que ver, porque les faltaban seis meses para llegar a atropellar esa obra benéfica para la aviación, como el lema de Relojería Cantú: un minuto para ganar y casi un largo año para llegar. Un fracaso su paso de año y pico en la SCT. Al final, al menos partió con un poco de dignidad, porque le escribió una carta a su jefe de que se iba porque no estaba de acuerdo de darle a la Marina el control de las aduanas.

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