EL VUELO DEL AGUILA

*Aquí no pasa nada; mejor dicho, pasan tantas cosas juntas al mismo tiempo que es mejor decir que no pasa nada. Jaime Sabines. Camelot.

 

EL VUELO DEL AGUILA

 

Anoche en el noticiero de Ciro Gómez Leyva, soltó la nota de que, al parecer, el hombre que juró nunca subirse a un avión oficial, AMLO, pues parece que lo hará. Le tienen listo el Fuerza Aérea Mexicana, la misma Marina Armada de México y el Ejército. El avión que no se ha rifado y duerme el sueño de los justos, sigue aparcado. Derrochando miles y millones de pesos de los contribuyentes. Le plantearon al presidente la propuesta del avión que lo lleve a Estados Unidos a servir al patrón, que lo mandó a llamar, anteayer. Sería el mismo que trajo a México al derrocado y chillón Evo Morales, que quería quedarse una eternidad gobernando Bolivia, y el pueblo se cansó y lo mandó al exilio, donde ahí sigue llorando, porque no hay nada peor que a uno de los dictadores le quites el poder. El avión es el Gulfstream 550. Matricula 3916 de la FAM. El otro viaje en vuelo comercial era un lió, el presidente tendría que tomar un avión comercial y hacer escala en Atlanta o en otra ciudad americana, el vuelo demoraría unas 7 horas y es probable, dependiendo el vuelo, que trasladara avión y entonces tendría que bajarse en la fila de migración como cualquier hijo de vecino, y pasar la aduana y esperar el otro vuelo, si este llevara escala de las que luego te bajan. Ahora irá en el vuelo privado de este Jet de 14 plazas, vuelo de 4 horas y pico y es probable que aterrice en una base militar, la Andrews o la que le designen. No es un viaje de Estado, es un viaje de amigos, y AMLO va a sentir ahora lo que sentía Peña Nieto y La Gaviota y todos aquellos neoliberales y conservadores, cuando se dieron la buena vida, noooomás, diría Clavillazo. Y qué bonito es lo bonito. Aún deshoja la margarita el presidente si se va por aquí, pero es lo más recomendable, es un jefe de Estado que no puede andar en los vuelos comerciales, más si van fuera del país.

 

MEDICINA HERBOLARIA

 

La medicina herbolaria, data desde que la humanidad tuvo razón de ser y en las cavernas no solo jalaban los pelos a las mujeres, los malvados cavernícolas. Desde el tiempo de las cavernas, desde el tiempo de los Aztecas todo lo curaban con hierbas. Porque la medicina, bien que mal, de allí proviene. Quitándole los químicos que le meten. Quitando aquello de los embrujos y los hechizos, los médicos aztecas ya utilizaban pócimas y medicamentos. La medicina y la etbotánica azteca, les permitió sobrevivir. No tenían nada contra la viruela, que trajeron los españoles, y les diezmó la población.  Comenté hace poco que, por sugerencia de una señora familiar de don Porfirio Díaz, sugirió tomar bicarbonato una cucharada todas las mañanas, para alejar el cáncer. Al otro día, un pariente me dijo que a él le había dado cáncer de garganta y en el mismo hospital John Hopskins en Baltimore, uno de esos afamados doctores le recomendó hacer gárgaras con Bicarbonato todas las mañanas, y así alejó ese cáncer.

 

EL OTRO TEMA

 

Toco el tema porque un médico amigo, prestigiado, conocedor de los problemas que pasamos, pues fue uno de los 7 médicos que se acuartelaron en Los Pinos, para mantener informado al presidente Calderón de aquella Pandemia que se vivió, la del AH1N1, me envió otra receta casera para contrarrestar al Coronavirus. Y como en esto uno va a todas, la escribo por si alguien se anima, yo comencé hoy la primera dosis de un té, que no sabe amargo. Consiste en comprar en el mercado unas hojas de árbol de guayaba. La infusión de hojas de guayaba y la quercetina que contienen se ha comprobado ser efectivas en inhibir la replicación de varios tipos de virus, de los tipos influenza, Covid 19 es un tipo de influenza. Hay que hacer un té bien caliente con agua hervida por unos 30 minutos, para que la hoja saque todo. Queda listo el té de hoja de guayaba. Hay que tomarlo por 4 días, una en la mañana y en la tarde. Si gustan, pueden ponerle un poco de miel Karo, o de la que quieran. Lo tomé sin miel y no sabe mal. Hay que ir a todas, en estos tiempos de protección contra la maldita pandemia del maldito virus.

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