LO QUE QUEDO DEL ATENTADO

*Como dijo un romano de otro: sólo el jefe tiene sentido, los demás son sombras que vuelan. Camelot.

LO QUE QUEDO DEL ATENTADO

 

Varios días después del atentado en contra del secretario de Seguridad de Ciudad de México, uno al leer y ver la mayoría de los noticieros y oír a los expertos y especialistas, concluyes que hubo varias fallas en el cuidado de su secretario.

 

UNO: Debió haber ido escoltado por uno o dos jeep amartillados de la Marina o el Ejército. Al parecer iba solo con sus escoltas y por eso murieron. El secretario se salvó porque, acostumbraba viajar adelante en el asiento del copiloto, y le exigieron que se fuera atrás, cuando se supo que había cuatro amenazados (Ebrard, Santiago Nieto y Alfonso Durazo) a atacarlos por este sanguinario cartel de CJNG, conformado por 28 sicarios en la emboscada, en grupos de 3.

 

DOS: más de 150 balas se contabilizaron en contra de la Suburban de blindaje 7. Muchas entraron, por eso la muerte de los escoltas, y las poderosas balas de la Barrett no lograron impactar, porque las dispararon muy cerca, necesitaban unos 15 metros más para penetrar todo. Él salió herido en hombro, clavícula y rodilla.

 

TRES. La llegada de las fuerzas policiacas, a quienes se pidió ayuda por radio y operaron los C5 viendo las escenas, fueron las que impidieron la muerte del secretario, porque enfrentamiento a balazos no hubo, si no como podemos ver que ningún maleante de los detenidos salió herido, los atraparon cuando huían. Esperan que el gobierno no olvide a la señora, Gabriela Gómez, que vendía quesadillas de tlacoyos en ese sitio, para que le indemnicen como víctima de esta violencia.

 

EL PERSONERO MISTERIOSO

 

Como me lo contaron se los cuento. Directo de Palacio Nacional, de la Cuatroté, el enviado tomó la autopista rumbo a Xalapa, la que cruza por la parte de Puebla y tienen concesionada a una de las españolas, que su patrón dicen que vinieron de Reconquista. El tipo no tomó el ADO en la CAPU, como se estila entre ellos. Había hablado con el recibiente de la entrevista. Quien filtró esto cuenta que fue en un hotel jalapeño, de los céntricos aledaños a la central Caxa de autobuses, esa terminal que ganó un Premio Nacional de Arquitectura. La tarde era lluviosa, como todas las tardes jalapeñas. Los árboles y álamos aledaños, veían caer sus hojas. Las informaciones del altiplano cada día son mas preocupantes, su pupilo cae no solo en las encuestas, entre la gente que se las quiere cobrar cuando llegue el momento de votar. Lo que ellos hablaron solo ellos lo saben. Trascendió, y los personajes lo negaron (ni modo que dijeran que sí), el personero de Palacio le entregó un sobre lacrado, como los que enviaban los reyes a sus súbditos, con cera de vela y sello real, donde se ve el logo oficial con el color guinda y la Bandera mexicana y los rostros de Morelos, Hidalgo, Juárez, Madero y Cárdenas. El sobre, dicen los que se asomaron de reojo entre otras mesas, solo traía una Fecha, la que se espera para los cambios. Así me lo contaron y ya sabemos que, como dijera Saramago: “Somos cuentos de cuentos contando cuentos, nada”. O el mismo Benedetti: “No vayas a creer lo que te cuentan del mundo, ni siquiera esto que te estoy contando, ya te dije que el mundo es incontable”.

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