No mentir, es premisa básica en la cuatroté, pero…

En apego a su dicho de “mi pecho no es bodega”, el presidente López Obrador declaró: “Yo ordené que se detuviera ese operativo y que se dejara en libertad a este presunto delincuente”, refiriéndose a los acontecimientos de Culiacán, donde en un operativo de la Guardia Nacional y las fuerzas armadas se dejó en libertad a Ovidio Guzmán. Esta inesperada aclaración presidencial desacredita el informe del Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo, al senado de la república en noviembre pasado: “… Los integrantes del Gabinete de Seguridad -mi Almirante Ojeda, el General Sandoval y un servidor– tomamos la decisión, de común acuerdo, del repliegue de nuestro personal, aún y cuando no fuese posible, en virtud de las circunstancias, de llevar detenido al perseguido”. En privilegio de la voz presidencial, es flagrante mentira la del Secretario ante el senado e incurre en violación a la ley, motivo por el cual ya fue demandado por la senadora Anaya por “mentir u omitir información” al Senado. Será interesante conocer la evolución de este asunto.