Cuitláhuac, entre la vorágine de tres crisis

Poco se deja ver el gobernador Cuitláhuac García, cosas del estilo de cada quien, y si las circunstancias están enfiladas como se encuentran en Veracruz con más razón. Porque no resulta cómodo atender la gobernanza de la entidad veracruzana sin encontrar remedio a las diferentes crisis que en sincrónica sinfonía se presentan: una crisis sanitaria con mil 225 defunciones, hasta ayer, una economía a ras de piso con presagios catastróficos, la violencia desencadenada como fuente sangrienta “que arrulla el mar”, y encima, como espada de Damocles, la amenaza de una revocación de mandato. Con ese oneroso bagaje hasta el mejor plantado perdería el sueño.