Tolerancia absoluta / GUSTAVO CADENA MATHEY

Lo dijo el propio presidente Andrés Manuel en su mañanera de ayer y con toda la, a veces desesperante para muchos, paciencia que lo caracteriza, de plano pidió tampoco enojarse ni verlos como enemigos”, porque los adversarios quieren que el Estado sea represor de los manifestantes.

“Ojalá y se serenen”, rogó el titular del Ejecutivo, más criticado por quienes por años han sido beneficiarios del poder político.

Es evidente que cuesta mucho dinero el cambio que está intentando el político tabasqueño y mucho más cuesta entenderlo, acostumbrados como estábamos a que con otros gobiernos se buscaba contener las protestas escandalosas, mínimo con la presencia policiaca, y ahora cuando menos en Xalapa la policía no estuvo en vigilia.

Claro que la sociedad reprueba la represión, pero tampoco acepta que no se haga nada y se deje la vía libre a los alborotadores profesionales. Hay formas para vigilar el orden y evitar desmanes.

No se olvida que el nuevo gobierno llegó por el hastío ciudadano contra la corrupción y no por la abierta simpatía a los que anunciaban la transformación.

La tolerancia tiene límites, lo deben saber y lo deben valorar los nuevos dueños del poder; si el gobierno se excede en benevolencia y mansedumbre, a sabiendas de que hay de manifestaciones a manifestaciones, correrá el riesgo de que también los electores le pierdan la paciencia y se lo demuestren en las urnas.

Que haya paz y armonía en su hogar, apreciado lector. ¿Y qué tal el calor de la temporada? Más vale que cuidemos el agua y las plantas. Esperemos que este gobierno se interese firmemente en la reforestación de nuestro valioso Cofre de Perote y demás lugares adecuados. Nunca se olvidará aquella ocasión en que el gobernador Rafael Hernández Ochoa invitó a los xalapeños a que personalmente fueran a hacerlo y les puso los camiones, en una épica jornada de paseo por el bosque y rescate de nuestra montaña.

gustavocadenamathey@hotmail.com