Una escalera y otro poquito

Muy bien debe sentirse el gobernador Cuitláhuac García después del espaldarazo político del presidente hacia su persona, con ese aval cuyo crédito parece ser muy sustancioso porque no mengua pese a todo el gobernador veracruzano tiene puesta una escalera para “subir al cielo”, pero, al igual que canta el Son jarocho, le hace falta “otro poquito”, y en este caso ese “poquito” se significa por un “muchito” de tan por hacer en Veracruz, no visto aún en los 18 meses de gobierno morenista. Obviamente, hay trecho por delante, pero tres años y medio en la cosa pública se escurren como agua en mano. Bien haría Cuitláhuac García acudir con Manuel Bartlett por consejos para gobernar una entidad, como en su tiempo hizo Fidel Herrera, quien confesó la sugerencia de Bartlett: “una vez que tomes posesión trabaja todos los días intensamente porque cuando te das cuenta ya se fueron los seis años”. La ventada de Cuitláhuac es que no tiene las mismas mañas del cuenqueño, eso si es una bendición.