De bandazos, números inciertos, declaraciones contradictorias y decisiones contrastantes está plena la estrategia implementada por el gobierno para combatir al contagioso Civid-19, el día primero se relaja la “sana distancia”, por un lado, el presidente circula por el sureste sin cubre boca, bajo la tupida lluvia que acompaña a la tormenta tropical, por otro lado, el vocero responsable de la estrategia antipandemia señala que el nivel de contagios es elevado, está en “su máximo nivel” y, contrario a la apertura decretada, en el día dos de la inducida incursión a la “nueva normalidad”, recomienda resistir manteniendo el confinamiento. Desde fuera del país deben estar sorprendidos de la modalidad mexicana para evitar un mayor número de decesos: abrir la puerta del confinamiento con la conciencia del peligro mortal que acecha afuera. Obviamente, en el recuento, en descargo de culpas se atribuirán la responsabilidad a la población por no escuchar las voces de advertencia tímidamente expresadas en vez de acudir a la razón de Estado.
