Rectifica el gobierno

Con los ojos de las naciones industrializadas encima, frente a una nube de amparos en litigios difíciles de ganar y de muy costosas consecuencias, el gobierno del presidente López Obrador parece haber dado marcha atrás en el intento de sacar de la jugada de generación eléctrica en nuestro país a empresas privadas. “No se suspende ningún contrato, no hay expropiaciones, no hay estatismo, no hay nacionalización de la industria eléctrica; estamos a favor de las energías limpias”, dice el presidente, y lo secunda la Secretaria de Energía, Rocío Nahle: “Sobre los privados, ya explicamos que se hicieron tres subastas realizadas en el gobierno anterior, las cuales se están respetando, ya casi el 70 por ciento de la infraestructura está instalada y debería de entrar en funcionamiento el 2020 o 2021”. Bien por el presidente, porque de esta manera evita un grave daño económico al país por pleitos legales que sin duda perdería y dejaría una larga estela de desconfianza e incertidumbre entre inversionistas del país y del exterior.