LOS HIJOS FALLECIDOS

*La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es, y cuando la muerte es, nosotros no somos. (Antonio Machado). Camelot.

 

LOS HIJOS FALLECIDOS

 

Cuentan las penas, que no hay mayor desgracia que ver morir a un hijo. Eso no tiene misericordia. Los hijos están para sepultar a los padres, no al revés. Al expresidente Luis Echeverría, a sus 98 años, apenas ayer se le suicidó un hijo, Álvaro (71 años), encontrado en su casa con un balazo en la cabeza y con una carta póstuma a la familia. A Echeverría se le han muerto tres hijos: Rodolfo Echeverría Zuno, en 1983,  ahogado en la alberca de sus padres a los 31 años por una embolia mientras nadaba. Una tragedia. El 13 de marzo de 2013 falleció también Luis Vicente Echeverría, en quirófano en una operación al corazón, cuando un coágulo se le fue al cerebro, este último fue el esposo de Rosa Luz Alegría, la primera secretaria de Turismo en México. Y el 4 de diciembre de 1999, murió la compañera María Esther Zuno. Descanse en paz, Álvaro.

 

LAS CLASES FUERA

 

El gobernador de Puebla, que es de los peores calificados en la escala de los gobernadores del país, siempre anda a la colita, dio una nota que, al parecer, ha parecido buena, decretó que el ciclo escolar termina, que todos los alumnos están aprobados, todos, y que las clases seguirán pero por Internet. Hace bien, no recuerdo bien si en Italia hicieron lo mismo. En Puebla son 15 mil escuelas y 2 millones de estudiantes. Es mejor eso que jugársela a los contagios. Aprende en casa, se llama ese programa poblano y se ha avisado a los estudiantes que los certificados de aprobación se entregarán vía Internet. El Coronavirus es una amenaza latente, con todo y que el gobierno federal aliente falsas esperanzas y falsas curvas, hay que cuidar a la población, es la obligación de todos los gobernantes, y dejar de robarse el dinero para fortalecer a la salud en cada uno de sus estados, donde falta casi de todo.

 

EL DISTRACTOR (INEGI)

 

Alguien por allí dijo alguna vez, si no puedes vencerlos, confúndelos. Eso al parecer es lo que pretende alguna gente de la 4T, como el diputado y presidente interino de Morena, Alfonso Ramírez Cuellar, que pide que el INEGI toque la puerta, como los Testigos de Jehová y cada domingo pretendan decirte sus plegarias, checar tus bienes materiales cada dos años y por ahí la riqueza financiera, bancarios y bursátiles. ¿Cuánto tienes, cuánto vales? Al legislador se le olvidó leer la Constitución: ‘Artículo 16. Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento’. Punto. Era un distractor, en momentos que arremeten contra las políticas de la presidencia y de su presidente, ahora energías limpias y CFE y Pemex y la Nahle, salen con una jalada, como una vez les funcionó en su esplendor la venta del avión, que trajo casi un mes a los mexicanos distraídos en esa ridiculez, ahora buscan dónde prender la mecha. Dio risa, y el presidente mismo ya la desmintió. Solo los servidores públicos están obligados a decir cuánto tienen y cuántas casas poseen, como Manuel Bartlett, aunque luego no pase nada. Lo chistoso vino en un tuiter, un tuitero señaló: ‘A ver qué harán cuando el INEGI llegue a tocar la puerta de la casa de Ovidio Guzmán’, y hasta un meme apareció cuando unos funcionarios del INEGI llegaban tocando a tu puerta como los agentes del SWAT, derribándola con un tubo de fierro. Ver para creer.

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