Un polémico reinicio de actividades / O?SCAR PEDRO REYES CASTELA?N

Un polémico reinicio de actividades

Esos lugares, principalmente de Oaxaca, Sonora y San Luis Potosí, no registran contagios de Covid-19; pero resultó un planteamiento polémico por haber ocurrido en pleno “pico” de la pandemia. Desde luego, son otros los sitios donde se concentra la mayor afectación, como Ciudad de México, Baja California, Tabasco y el estado de Veracruz incluido. Más que audaz, se considera una medida temeraria que implica un riesgo de nuevas pérdidas de vidas humanas y, en consecuencia, un mayor daño a la economía si llegara a presentarse una nueva ola de contagios.

¿En realidad existe la preparación suficiente para retornar a la actividad económica en medio del crecimiento de infectados? No hay disyuntiva entre economía o vidas humanas, siempre será más importante la segunda. La cuestión es si después de las malas decisiones tomadas desde el inicio de esta crisis sanitaria, caracterizadas por actos y expresiones contradictorias, erráticas, sin control de infectados, falta de equipos especializados, escasa infraestructura hospitalaria, e inclusive, sin materiales elementales para proteger a la primera línea en esta guerra sanitaria: guantes, cubrebocas, uniformes y zapatos para el personal de enfermería y medicina, ya se aprendió la lección o seguirán las equivocaciones.

De acuerdo con este plan, la segunda fase sería del 18 al 31 de este mes aplicado en lugares con bajo índice de contagio, antesala de la reapertura para el resto del país, donde se activarán sectores de la construcción, minería y fabricación de equipo de transporte, y desde el 1 de junio entraría en marcha una tercera etapa, considerando estrictas medidas sanitarias, conforme un semáforo por regiones con distintos niveles de infección: en amarillo, permitiéndose realizar actividades no esenciales y el uso de espacios abiertos y cerrados; naranja, regreso limitado en actividades esenciales, restricciones en espacios públicos y máximo cuidado con personas vulnerables que salgan a la calle; y, finalmente las demarcaciones catalogadas en rojo, el puerto de Veracruz y Coatzacoalcos por citar sólo dos casos de la entidad veracruzana, donde solamente continuarán las actividades esenciales, sin abrir espacios públicos, manteniendo el confinamiento de las personas vulnerables y actividades escolares a distancia, no presenciales.

Esa propuesta, debatida desde su presentación, llevó al presidente Andrés Manuel López Obrador a plantear que ésta no es obligatoria, sino de libre aplicación, y “si hay una autoridad municipal (o) estatal que, de acuerdo con sus características por región, decide que no va a acatar el plan, no habrá controversia, no vamos a pelearnos, no vamos a dividirnos, no vamos a apostar a la separación”. Quién sabe qué rumbo tome este asunto, lo que no debe perderse de vista es lo señalado por muchos científicos y los estudios elaborados por prestigiosas universidades del mundo, sobre la necesidad de no relajar las medidas de prevención en momentos aún críticos, y aún mayor en México donde siguen sin aplicarse las pruebas suficientes, masivas, a quienes presenten síntomas o indicios de la enfermedad para tener control y determinar el confinamiento de los casos positivos para evitar la propagación de este mortal virus y, de ese modo, aplanar la curva de crecimiento del Covid-19 que sigue escalando.

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