Terrorismo contra “Libertad Bajo Palabra” / Edgar Hernández

Edgar Hernández* / 

¡Al descubierto empresas fantasma y raterías sinfín!

El gobierno de Cuitláhuac García ya no resistió el embate de la prensa de denuncia, la de análisis y crítica –que es prácticamente unánime- e inició una escalada represiva tosca, burda contra “Libertad Bajo Palabra”.

El hilo se rompió por lo más grueso.

Tras la denuncia de empresas fantasma que utiliza el gobierno bajo las sombras, previo al encueramiento del “Cartel de Avanradio”, así como las torpezas y corruptelas al amparo de la pandemia Covid-19, que encabeza el Secretario de Educación de Veracruz, Zenyazen Escobar, dieron lugar a una escalada terrorista para intimidar hasta desaparecer a uno de los dos portales más leídos de la entidad, “Libertad Bajo Palabra”, de Armando Ortiz.

“Libertad bajo Palabra” le resulta incómodo al gobierno.

No le gustan sus reveladoras primicias, tampoco que se ponga al descubierto el intríngulis del primo incómodo Eleazar Guerrero, hoy Subsecretario de Finanzas, y su abuela no desalmada, sino terriblemente seductora, doña Manuela que Dios habrá de tener en su santa gloria.

El portal de Armando Ortiz, como el chile de Ramos Alor, le es incómodo a Cuitláhuac, nomás no le embona.

A Zenyazen Escobar, un vicetiple que saltó de la barra taibolera a la fama pública gracias a su muy pero muy cercana relación con Cuitláhuac, las revelaciones de “Libertad bajo Palabra” no le gustan, le echan a perder el negocio.

Pero además quiere ser gobernador.

Por ello a Zenyazen Escobar, un analfabeta funcional que consigue título de Licenciado en Periodismo en la UV de la noche a la mañana y a quien no gusta de la educación pero fue colocado como Secretario de Educación, le consuela manejar un presupuesto que rebasa los 44 mil millones de pesos anuales.

Tampoco le gusta la honestidad por ello se ha dedicado en abierto a la transa a través de “Espacios Educativos”, institución dependiente de la SEV, que se ha convertido no en la caja chica, sino en el cuerno de la abundancia.

Y de verdad que le encabrona se dé difusión a la revelación de Julen Rementería en donde da cuenta de “Empresas Fantasma” cuyos domicilios son, entre otros, casas abandonadas, un lavado de autos y una vivienda que vende mole.

¡Moles!

Todo ello ha sido tan solo la punta de iceberg ya que en la sumatoria habría que tomar en cuenta las oportunas denuncias de corrupción en contra del DIF que dieron lugar a la renuncia de su titular, Verónica Aguilera; los negocios y transas del Procurador del Medio Ambiente, Sergio Rodríguez Cortés contra Wallmart, el asunto de las patrullas y ambulancias con moche, el nepotismo y el caso de las despensas en tiempos de coronavirus.

Todo ello sí que le cae en la punta del estómago a Cuitláhuac.

Más aún que las revelaciones sean diseccionadas y comentadas en uno de los portales más leídos de Veracruz, “Libertad bajo Palabra”, que suma cientos de miles de seguidores en el día a día.

El “Cartel de SIOP”, las despensas del crimen organizado, el asunto Ana Miriam Ferraez, los asesinatos de periodistas y el sospechoso esclarecimiento del asesinato de María Elena Ferral donde apresan a otro periodista, José Cárdenas, a quien tienen incomunicado, y no al responsable intelectual; las sucias maniobras del “Bola 8” para que alcance la titularidad Verónica Hernández, ligada al crimen organizado, como Fiscal General, y el oscuro manipuleo para echar abajo la “Revocación del Mandato” de un atarantado gobernador que no sabe ni donde esta parado, claro que molestan.

Por ello la escalada contra “Libertad bajo Palabra”, que no es más que un serio aviso para la prensa crítica.

Lo de hoy es ahogar a los periodistas con limosnas de convenios a cambio de la entrega total y para los criticones llevarlos, hasta con seis años de prisión por difamación, delito que está considerarse en el Congreso del estado.

No cabe duda que vivimos en la era en donde las amenazas y ocurrencias son el pan de cada día.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo