Es mejor posponer festejos

Es mejor posponer festejos

El Día de las Madres es un festejo casi bendito en México, pero la emergencia sanitaria impedirá este año realizarse.

En el mejor de los casos será pospuesto tal vez, como sugirió la jefa de gobierno de Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, para el 10 de julio o hasta agosto, fecha en que habrá ya menores riesgos, según los cálculos matemáticos de quienes tienen en sus manos el manejo y control de la pandemia del Covid-19. Hace apenas unos días, tampoco pudo celebrarse el Día del Niño, y con anterioridad, las vacaciones de Semana Santa sólo fueron enunciativas.

Las restricciones han ido endureciéndose de forma gradual, desde exhortos iniciales de no saludar de mano ni abrazo, al posterior de la sana distancia y el “quédate en casa”; la disposición de enviar a personas de más de 60 años de edad y mujeres embarazadas a sus casas, y la suspensión de actividades no esenciales en instituciones públicas y empresas privadas. En algunos municipios, sus autoridades determinaron cerrar el paso a los visitantes, y en algunas comunidades rurales y colonias, sus habitantes colocaron retenes para que solamente tuvieran acceso los vecinos.

En Xalapa y el puerto de Veracruz, por ejemplo, determinaron el cierre de panteones desde este viernes ocho y hasta el próximo domingo 10, para evitar aglomeraciones que puedan ser fuente inminente de contagio, e igual pasó con las florerías. Hay recorridos, como pasó ayer en la ciudad jarocha, con personal de Comercio y Protección Civil, apoyados por elementos de Marina y la Guardia Nacional, para hacer respetar en los restaurantes la distancia que debe haber entre las mesas y, en otros casos, fueron clausurados muchos negocios que, sin ser esenciales, permanecían abiertos al público.

Ha sido una secuencia de los llamados de conciencia a los que hubo poca respuesta, a los que siguieron disposiciones restrictivas y, ahora, decisiones que pueden calificarse hasta de radicales, como exigir el uso de cubrebocas a las personas que salen a la calle, que están apegadas a las disposiciones sanitarias. Siempre habrá oportunidad de festejar a las madrecitas, a los niños, y a volver a disfrutar de vacaciones. En este momento todos deben tener claro que es indispensable sumarse a esta guerra que se libra contra este letal virus que está matando a miles en el mundo, en México y Veracruz. Es necesario que todos contribuyan con la parte que les corresponda. Cuidémonos.

EJEMPLAR GENEROSIDAD

Deben ser aplaudidos todos los actos de generosidad que están presentándose en muchas partes por empresas, organizaciones sociales y particulares, a favor de los trabajadores del sector Salud, a quienes el gobierno ha tratado con mezquindad e irresponsable negligencia, no otorgándoles desde el principio lo más indispensable para protegerse en su heroica actividad para la atención de enfermos de coronavirus. Ellos, los que siguen en pie de lucha, pese a que muchos han sido infectados y varios han muerto, reciben cubrebocas, mascarillas, guantes, indumentaria, transporte, alimentos, alojamiento y un sinnúmero de apoyos por parte de la sociedad civil. Sin duda, son muestras de esa solidaridad que identifica a los mexicanos en momentos de emergencia, como se ha visto en los sismos, inundaciones, incendios e infinidad de tragedias, y alienta que ese espíritu nuestro se mantenga inalterable. Siempre habrá gente buena y generosa que hacen diferencia de aquellos que sólo piensan en aprovechar estos momentos para sacar raja a costa de los demás o cometer actos de vandalismo. Por fortuna son más los que actúan con bondad. Enhorabuena.

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