Soledad

Al estilo Mathey

  • Soledad

Gustavo Cadena Mathey

Buen día apreciado lector:

Imposible no aprovechar el espacio para el recuerdo y la reflexión de la gigantesca tarea que solamente esos seres que son humanos entre los humanos, que también tienen mucho de divino, como son nuestras madres.

Estamos en mayo y en medio de la pandemia que afecta a toda la humanidad, han sido precisamente las madres las primeras en buscar la protección a sus hijos, casi no se ve, pero claro que cada hijo lo siente en el seno de su hogar.

Por lo mismo aprovecho también para contarle acerca de la propia oportunidad que alguna vez, hace mucho tiempo se brindó a sí misma una francesita de Hueyapan de Ocampo para integrar una maravillosa familia.

Como todas las madres veracruzanas con todo ese amor y paciencia que sólo las madres pueden externar, Doña Soledad y su esposo José supieron moldear en sus hijos el carácter suficiente para ganar el aprecio y respeto de sus semejantes.

Se lo platico como lo escribió Pedro, mi hermano:

“Cosas lindas suceden en la vida; muy hermosas y bellas de contar. Son secretos de amores sin medida, que aprendieron a dar, a dar y dar.

Era ella mujer de gran pureza, entregada a la vida del hogar; en su porte lucía la nobleza y su gran ambición era, amar.

Con la gracia, el amor y su belleza, su gran fe hacia Cristo hizo altar; muy humilde, entregada con pureza, hacia el hombre con quien creó su hogar.

Formó el nido y lo llenó de encanto; a diez hijos su vida entregó; con trabajos, alegrías, penas y llanto, su amor puro, que a todos heredó.

Y vivió con sus hijos la grandeza, que le llega al que sabe combinar el amor, la honradez y la pobreza que dio fuerza a la estructura de su hogar. Desde el fondo del ser, ¡diez corazones!, dan gracias al Creador por su bondad, convertida en mujer llena de dones, con su nombre bendito…¡Soledad!”.

Para todas las madres de todas las edades, las que se mantienen vivas, las que gozan la compañía de sus hijos, para las que sufren angustias y abandonos y para las que ya descansan, para las que necesitan perdón, nuestro respeto y cariño y nuestras oraciones para que estén lo mejor que alcance a concebirlo nuestra imaginación y nuestra fe.

Tengamos paz y armonía en nuestros hogares y cuidemos el agua y las plantas.

gustavocadenamathey@hotmail.com