Ya es un denominador común en ciertos presidentes de repúblicas democráticas atribuir a factores ajenos lo mal que van sus gobiernos, Bolsonaro, Trump y algunos otros de los catalogados como populistas son muestras sin par. El caso de Trump es paradigmático, porque pese al cruel embate de la pandemia sanitaria se ocupa de distraer la atención, al menos ese es el propósito, dedica su retórica a culpar a China de generar en alguno de sus laboratorios la actual pandemia del coronavirus. En su vocación reeleccionista, se ocupa también de exhibir a “su amigo”, el gobierno de México, asegurando que “Lamentablemente, está experimentando grandes problemas de CoronaVirus…”, contrario a cuanto afirma el presidente López Obrador sobre las bondades de su estrategia contra la crisis sanitaria. Pero así es este tipo de gobernante, no les alcanza, pero reparten.
