DIF, despensas electorales

Edgar Hernández* / 

¡Diputados chapulines de Morena se ponen las pilas medrando con los pobres so pretexto del coronavirus!

Lo que nunca esperábamos ver en Veracruz.

Legisladores encabezados por el diputado local Rubén Ríos Uribe compiten en la entrega de despensas con el Cartel Jalisco Nueva Generación.

Los narcos van por la posesión de nuevos territorios en el norte, centro y sur de la entidad, mientras los morenos se declaran listos para el arrebato de las alcaldías más ricas en presupuesto.

Para ello el gobierno del estado que encabeza Cuitláhuac García Jiménez hace como que la virgen lo mira a ante la acción de las brigadas criminales.

En tanto que para los amigos y aliados de Morena, pone a su disposición el DIF, por conducto de la diputada Ana Miriam Ferraez, sin mediar pudor alguno, menos respeto por las leyes.

Le vale sombrilla que el norte de Veracruz esté copado por el “Grupo Sombra”, criminales encargados del reparto de toneladas de alimentos para las zonas marginadas.

En la misma proporción que le vale un rábano violentar las leyes electorales del INE para precampañas y en lo particular la Ley de Comunicación Social que en su artículo 9 especifica el impedimento para los servidores públicos a promocionar su imagen aprovechando el recurso gubernamental.

Al diputado Rubén Ríos Uribe, Presidente del Congreso del Estado, interesado en quedarse con la plaza de Córdoba, le vale madre violar o no la ley. Desde hace diez días inunda las redes sociales con fotografías, declaraciones y videos en donde generosamente entrega a gente necesitada despensas con el logotipo DIF. “Todo por Córdoba”, declara este prócer a quien de la noche a la mañana le brotó un profundo amor por la plaza.

En la misma tesitura se mueve en el sur el diputado Juan Javier Gómez Cazarín, Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, con desmesurado apetito por ser presidente municipal de Coatzacoalcos.

También juega o quiere jugar la despierta e inteligente diputada Ana Miriam Ferraez, quien aspira a gobernar la capital del estado y para ello tiene una alcancía, guarda toneladas de despensas DIF en el garaje de su casa para en el momento oportuno iniciar su reparto en Xalapa rural.

¡Que listos son!

Ello, sin embargo, ha despertado el celo en las tribus morenas a lo que la propia titular del DIF, Rebeca Quintanar Barceló, ha declarado que sólo si lo ordena el gobernador se les darán despensas para repartir en las plazas electorales que le interesan.

La nueva disposición de que el DIF entregue despensas a ciertos diputados morenos para que se vayan a hacer precampaña a sus distritos electorales so pretexto del coronavirus, se suma a los desatinos de Cuitláhuac, desde que arrancó su mandato recrudecidos en esta emergencia sanitaria.

¿Dónde está la Contraloría?

Las transas con las ambulancias y el moche denunciado, las medicinas caras compradas por el Secretario de Salud Roberto Ramos Alor y la habilitación de locales como el Velódromo en donde dispusieron de un centenar de camas en cuartos de tablaroca de dos por dos metros, sin terminales eléctricas, un ejército de médicos y enfermeras que se requieren, el instrumental médico, la adecuada ventilación para ese tapón

de concreto que carece de acceso vial adecuado y, por supuesto, sin un ventilador o respirador artificial para los infectados ya que cada uno cuesta entre 800 mil y 1.5 millones de pesos.

No es nada más abrir al madrazo un espacio público y declarar que ahí se recibirán tantos cientos de infectados por el coronavirus, sino montar una estructura integral que parte de un área de recursos financieros y otra administrativa que atienda al área médica, luego una planeación arquitectónica donde se dé cabida al aislamiento sanitario.

No.

No todo es de rápido, de último hora ni al aventón. No todo es justificación mediática, reflectores y candilejas para mostrar a un gobernador preocupado por la salud pública.

No se puede atender una pandemia con tanta ligereza.

O más bien, sí se puede, pero al estilo de Morena en donde la torpeza e ignorancia son requisitos para ostentar el poder y tomar las decisiones que habrán de afectar a millones de mexicanos en un abrir y cerrar de ojos.

En realidad lo que quizás le convendría al amigo Cuícaras en este momento es calmarse, debe relajarse y dedicarse a lo que mejor le sale, nada. Tal vez se debería tomar unas largas vacaciones so pretexto de la pandemia. Así se evitaría cagarla cada vez que toma una decisión.

Que se dedique a arreglar su nueva casa –Casa Veracruz- que tanto repeló y terminó habitando o que se entregue de lleno a las clases de matemáticas por TV que tanto cacareó para terminar abandonándolas.

Acaso le convendría ocupar su tiempo en nuevos pasos de baile o ensayar nuevas recetas de tacos de buche y tripa gorda o aprovechar para ir a las playas de Poza Rica y Papantla, que aunque no existen han de estar de ensueño.

Eso es mejor que andar presumiendo que resolverá un problema tan serio como es la pandemia por Coronavirus.

Tiempo al tiempo.

 

*Premio Nacional de Periodismo