Hay quienes ven mal que prefiera la comodidad de la curul en el Senado después de que ofreció terminar con la corrupción en las aduanas.

Desde que trascendió su renuncia, hecho que el mismo día el propio Ricardo Ahued se encargó de confirmar, empezaron las especulaciones en torno a su posible arribo a Palacio de Gobierno, donde presuntamente relevaría a Eric Patrocinio Cisneros en la Secretaría de Gobierno.

La idea, según se comentó, es que llegaría a la segunda posición del gobierno de Veracruz para esperar a que Cuitláhuac García cumpla dos años como gobernador para relevarlo los restantes cuatro años.

El exprocurador de la República, Ignacio Morales Lechuga, se encargó de meterle más jiribilla al asunto al comentar en Twitter que Ahued no aguantó a la jefa del SAT, Raquel Buenrostro, y por eso renunció.

El propio Morales escribió que Raquel es “el verdadero poder tras el trono”.

Y también circuló un oficio en el que supuestamente la jefa del SAT hace referencia a que Ricardo le manifestó que presenta síntomas de enfermedad respiratoria.

Y le comunica que como deberá cumplir con el resguardo domiciliario las funciones de la Administración General debían ser ejercidas por los administraciones centrales y administradores de las aduanas adscritas quedando como enlace Martha Patricia Hernández Gutiérrez.

Ahued le respondió a la Jefa del SAT que se encuentra en perfecto estado de salud y que ha estado laborando en home office, atento a la operación de las 49 aduanas y las 8 administraciones centrales a su cargo.

Asimismo le agrega que está atendiendo las responsabilidades que el presidente Andrés Manuel le ha conferido.

En las redes sociales, en comentarios de páginas web, en noticieros de radio, en periódicos impresos y en otros espacios el tema central fue la renuncia del empresarios xalapeño.

Muchos de sus simpatizantes le expresaron que estaría mejor acá en Veracruz. Otros que no simpatizan con él lo criticaron por dejar inconclusa la tarea en aduanas.

Él, por supuesto, ha sabido aprovechar bien todos los micrófonos que le han puesto enfrente y ha respondido a todas las entrevistas que le ha sido posible, sin comprometerse ni explicar las diferencias que tuvo con la jefa del SAT ni el tema de la corrupción en las aduanas.

Ante esto último hay quienes comentan que el exalcalde xalapeño estaría sobrevaluado y como muestra está, precisamente, su renuncia a la Administración de Aduanas sin acabar con la corrupción.

De un modo o de otro, el también exdiputado está en medio de la polémica y sigue perfilado como uno de los posibles candidatos a la gubernatura junto a Rocío Nahle, Manuel Huerta y otros.

Y desde luego seguirá dando de qué hablar, pues difícilmente lo podrán callar en el Senado. A menos que Andrés Manuel logre meterlo en cintura.

Ya se verá.

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