Mucho se habla de la pérdida de popularidad que ha sufrido el gobierno de AMLO y el propio Andrés Manuel, sobre todo por el manejo que ha hecho del tema del COVID-19.

Lo que le siguen criticando es la falta de insumos, materiales y equipos entre enfermeras, enfermeros, camilleros y médicos.

Ni siquiera ha hecho falta que algún reportero se haya ido a meter a los hospitales y las clínicas.

El mismo personal de salud ha salido a las calles a manifestar la urgente necesidad que tienen de cubrebocas, guantes, caretas y otros materiales e insumos.

Pero además, los que no han salido a las calles han externado su preocupante situación mediante videos y fotografías publicadas en redes sociales, en las que muestran las condiciones en las que realizan su trabajo.

A principios de esta semana la Secretaría de Salud federal informó de la compra que hizo de esos materiales y aseguró que habían sido distribuidos en los centros hospitalarios.

La realidad es que las quejas documentadas seguían ayer mismo, mientras la pandemia avanza y sigue cobrando vidas.

Pero éste es sólo un detalle de los muchos por los que es criticado el gobierno de Andrés Manuel, quien no se cansa de decir que él tiene otros datos y que está trabajando para atender a la gente.

Por supuesto que tampoco admite que su popularidad y la de su gobierno han ido a la baja y por eso su apuesta es a imponer su persona para respaldar a su partido y a sus candidatos en la elección del próximo año.

Pero como vimos el distractor que lanzó al proponer que la consulta de ratificación o revocación de su mandato se adelante para el próximo año no prosperará, porque ya está establecido que se lleve a cabo en marzo de 2022.

Una vez más recurre a un distractor, pues no sólo le criticaron que quiere colocar su foto en la boleta que será usada el día de las elecciones, sino que busca desviar la atención de sus críticos a temas diferentes como las carencias que todos los días denuncia el personal de salud.

López Obrador quisiera repetir el Efecto Peje de 2018, cuando con su popularidad arrastró al triunfo a los candidatos de su partido que él encabezaba.

El próximo año no aparecerá su imagen en la boleta electoral y a muchos de sus candidatos se les va a dificultar el triunfo, sobre todo a aquellos que serán impuestos a pesar de no tener presencia o aceptación entre el electorado.

El próximo año será la prueba de fuego para quien esté en la dirigencia de Morena, además de que será una buena manera para que el presidente y su partido vean si efectivamente, como ellos lo dicen, tienen contento al pueblo o éste ya se está decepcionando del Peje.

Por lo pronto, a López Obrador ya se le fue un tercio de su sexenio y en dos años no ha cumplido su promesa de bajar los costos de la luz y de darle empleo digno y bien remunerado a todos los mexicanos.

Basta con ver los datos oficiales tanto del INEGI como del IMSS para ver cómo las estadísticas están al revés, es decir, es mayor el número de empleos perdidos que el de los generados.

Y aun así, Andrés Manuel anunció que va a generar dos millones de empleos, asunto que también ha sido criticado y ha ocupado importantes espacios en medios informativos y de análisis.

Hay quienes apuestan a que este anuncio es solamente un distractor más.

Habrá que ver cómo le hace el Peje para lograr que sus candidatos ganen las elecciones de 2021, porque se ve que la tiene complicada.

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