Anciana ejecutada / Luis Velazquez Rivera

Anciana ejecutada

•Crimen impune

•¡Vaya sexenio guinda!

UNO. Anciana ejecutada

En el sexenio de Fidel Herrera Beltrán, 2000/2006, una mujer indígena de 80 años de edad fue ultrajada y asesinada en la sierra de Zongolica por unos soldados rasos.

Entonces, tanto Felipe Calderón Hinojosa como Fidel acordaron gritonear al mundo que la anciana había fallecido de muerte natural. Una anemia peligrosísima.

Y de los soldados nunca se conoció su destino. Por ejemplo, si hubo proceso penal y cárcel. O el cese.

Ahora, con el góber jarocho de Amlove, otra anciana ejecutada.

DOS. Crimen impune

La madrugada del domingo 29 de marzo, en Tempoal, en el norte de Veracruz, señora de 82 años de edad, Luisa Barón Cruz, domiciliada en la colonia 20 de noviembre, fue asesinada.

En el cuerpo, golpes contusos y lesiones distintas. Sobre todo, en la cara.

Ningún vecino escuchó los gritos en la noche que era. Hacia las 7:30 horas, unos vecinos de la calle Emiliano Zapata descubrieron el cadáver.

El cuerpo fue trasladado a Tantoyuca para la autopsia. Y aun cuando es demasiado pronto, “veinte y las malas” que como tantos otros el crimen quedará impune.

Más, si se recuerda, por ejemplo, que veinticinco políticos y líderes partidistas y ediles han sido asesinados en los últimos dieciséis meses y todos en la impunidad.

TRES. ¡Vaya sexenio guinda!

En la numeralia de la muerte hay mujeres, niños, jóvenes, políticos, dirigentes de partidos, activistas sociales, policías, taxistas, miembros de la comunidad sexual y hombres maduros asesinados en el sexenio guinda.

Y a la luz de los derechos humanos y de que toda vida es inviolable constituye una osadía preguntarse si el crimen de una anciana de 82 años es peor que el asesinato de una niña de doce años como sucediera en Santa Anna Atzacan.

O en Papantla el viernes 3 de abril.

CUATRO. Saña y barbarie

En los homicidios de ancianos y niños, señoras casadas y jóvenes solteras, la saña y la barbarie se han aposentado.

Quizá, el terror en su más alto decibel para multiplicar el miedo social y aterrorizar a la población.

Acaso, las grandes deformaciones humanas de los asesinos, digamos, y citando a Sigmund Freud de que “infancia es destino”, homicidas perversos.

El caso es que está canijo, insólito, inverosímil, inconcebible, el asesinato de la anciana Luisa Barón Cruz, de 82 años, en Tempoal, se ignora si nada más para robar sus pertenencias, y/o como sucediera con la anciana de Zongolica, para ultrajarla.

CINCO. Silencio legislativo

82 años. Y vivía sola. Y en una colonia popular, habitada por gente de la clase baja, baja baja, baja media, baja alta, quizá una que otra familia de la clase media.

Una anciana que formaba parte de los 6 de los 8 millones de habitantes de Veracruz en la miseria y la pobreza.

Terrible, espantoso, cuando la anciana fue asesinada y ninguno de los 50 diputados locales, por ejemplo, levantó la voz para inconformarse, más, mucho más pendiente de las pasiones partidistas.

SEIS. Ineficiencia e ineficacia

El oleaje de violencia es inconcebible en Veracruz. Y ningún legislador le está dando seguimiento a la incertidumbre y la zozobra para, digamos, con puntualidad exigir con hechos un alto a la violencia.

Y lo peor, ninguno de los 50 diputados reclamando la procuración de justicia a la Fiscal, más preocupados por los cargos públicos.

Ineficiencia e ineficacia de la secretaría de Seguridad Pública y la Fiscalía. Y silencio impresionante de la LXV Legislatura. Y el góber de Amlove impartiendo clases de Matemáticas en línea.