La demanda por los respiradores es tanta que incluso España y Turquía tuvieron conflictos diplomáticos

Rafael Ramírez | El Sol de México

La noche del martes llegó a México, proveniente de China, un avión Boeing 787-8 con material médico, entre el que venían respiradores artificiales, una herramienta médica de supervivencia elemental para los enfermos graves de coronavirus.

La demanda por los respiradores es tanta que, incluso hace cinco días, generaron conflictos diplomáticos entre España y Turquía, cuando los respiradores comprados por España fueron decomisados por Turquía. Al final, este último país accedió entregar los aparatos médicos.

Incluso en el país ibérico su escasez obligó a tomar difíciles decisiones como a qué enfermo dárselo para que sobreviva.

Actualmente ni los países con los servicios médicos más desarrollados y con más recursos cuentan con respiradores suficientes para la demanda por la pandemia de coronavirus.

¿Pero por qué son tan indispensables?

De acuerdo con la Secretaría de Salud, del 70 al 80 % de los ciudadanos en nuestro país se contagiará por el virus, es decir que hasta 103 millones de personas podrían infectarse, y de éstos se estima que hasta 20 %, o sea 20 millones 640 mil, enfermarán de gravedad y podrían requerir de un respirador. Aunque después matizó que sólo sería el 5%.

Sin embargo, Zoé Robledo, director general del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), aseguró este martes que el número de enfermos es menor y solamente 42 mil mexicanos van a presentar cuadros graves por la enfermedad y 30 mil requerirán hospitalización.

De esta cifra, únicamente 12 mil enfermos requerirán cuidados intensivos apoyándose de un ventilador mecánico. Por ello es relevante que se cuente con el equipamiento necesario de estos respiradores.

El propósito de este respirador, explicó el doctor Oriol Roca, del Hospital Vall d´Hebron de Barcelona, a la BBC, “es empujar el aire dentro del paciente y además darle no aire sino hasta 100% oxígeno, es decir mucho más oxígeno del que estamos respirando”, debido a que con la enfermedad en algunos casos se crea una especie de membrana que impide la respiración en los pulmones.

El especialista detalla que estos aparatos “empujan” de dos maneras el aire al cuerpo: “proporcionándole al paciente más oxígeno que el disponible en el aire que lo rodea y funcionando como una bomba que puede vencer la resistencia de la membrana que le impide el paso”.

De acuerdo con el medio inglés, aproximadamente 5% de los enfermos de Covid-19 termina por padecer Síndrome de Distrés Respiratorio del Adulto (SDRA), que “es la respuesta inflamatoria desmesurada (de los pulmones) a la infección, en este caso vírica, por coronavirus”, señala el intensivista Roca.

“En condiciones normales nosotros respiramos porque nuestro diafragma se contrae y hacemos entrar el aire que hay alrededor a nuestros pulmones. Pero cuando éstos están inflamados, este proceso que en condiciones normales gasta muy poca energía es mucho más costoso para el paciente y puede llegar a agotarlo”, explica el intensivista, al subrayar que estos respiradores ayudan a que el paciente reciba oxígeno para sobrevivir.

“Los respiradores pueden llegar a hacer esa función tan básica de maneras muy distintas y con muchas variaciones que nos permiten personalizar muy al pie de cama qué tipo de respiración necesita en cada momento de la evolución de la enfermedad cada paciente”, destaca Roca.

El presidente de la Asociación Latinoamericana del Tórax (ALAT), doctor Gustavo Sabert, explicó a la BBC que el problema de los respiradores radica en que son pocos los aparatos existentes para la demanda creciente de pacientes que requieren uno.

Para dimensionar el problema, el galeno recordó que el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, estimó que su estado requiere de 30 mil respiradores para hacer frente a la pandemia.

Esa cifra, señala, es mayor que la suma de todos los respiradores disponibles en México, Argentina, Chile, Colombia, Perú, Ecuador y los países centroamericanos, según los cálculos de la ALAT.