Cuando amanezca el monstruo seguirá allí

Es angustiosa la situación que aflige al mundo a causa de la pandemia provocada por el Covid-19, nunca antes la humanidad había tenido conocimiento casi en vivo y directamente del número de muertos provocados por la enfermedad, ni en las guerras “mundiales” de 1914 a 1918, o la de 1939-1946 se tenía la contabilidad de muertes con la frecuencia instantánea de ahora, eso genera terror y angustia. Tal condición emocional induce en automático al “sálvese el que pueda”, en el entendido que aún no existe medicina para esa enfermedad y solo el aislamiento hogareño es refugio seguro. Pero allá fuera, amparada en la impotencia del Estado para combatirla, otra patología carcome al tejido social: la delincuencia, una epidemia social que va ganando terreno al Estado y que, incansable, sigue produciendo muertes. Esa es una realidad que nos acecha y permanecerá después de la pesadilla.