Coronavirus en casa

Salvador Muñoz

 

Le digo a la Mujer: “Tú que estás tan rica, ¿te va a dar Coronavirus?” y se me queda viendo más feo que Barbosa. Preciso: No que Barbosa mire muy feo, sino que está muy feo el cabrón.

Pongo el Spotify. Busco a Franco de Vita y empieza: “Son cuarto para las seis / Ya listo para salir”… ¡Te la mamas, Franco! ¡No podemos salir! Mejor le cambio a los Hombres G: “Vamos juntos / hasta Italia / Quiero comprarme…”, de plano mejor le paro a la música… entro a Netflix, donde anuncian un adelanto de la Cuarta Temporada de “La casa de papel”… la suerte va mejorando… ¡Tendremos papel!

La mujer anda toda apanicada y no es para menos. Su muñeco ha tenido dos complicaciones pulmonares y a cada rato me dice que me lave las manos, que evite el contacto con los vecinos, que me cuide, que me cuide, que me cuide. Pues no lo van a creer, de tanto que me he lavado las manos en estas dos últimas semanas, tengo las palmas como Bola 8: ¡Blancas, blancas, blancas!

Escuchamos ayer y anteayer las sesiones en línea… digo “línea” y me escurre la nariz, ¡para qué! De inmediato me toma la temperatura la Mujer, “¡Espérate! ¡es una broma!”, le explico… pero les comentaba: escuchamos las sesiones del Congreso vía internet y en una de ésas, tanto diputados del PAN como de Morena “la hicieron de tos” (para estar ad hoc) acusándose de llevar “agua a su molino” o aprovechar lo del Covid-19 para hacer y deshacer… Es posible que unos tengan razón… es posible que los otros también, pero creo que un buen número de ciudadanos están preocupados por la pandemia y sus preocupaciones van desde la salud, desde por sus seres queridos, por su empleo… y estos ciudadanos esperan no respuestas, sino mensajes cargados de certidumbre y han de perdonar, pero yo he optado por no hacerle ningún caso al Presidente y darle un voto de confianza a Hugo López Gatell… aunque “la fuerza moral que no contagia” es un estigma, pero no tanto como las estampitas del Presidente… ¡otro que se la mamó y feo!

En lo particular, si bien he celebrado una que otra acción de los Gobiernos en la prevención del Coronavirus, en casa no esperamos que nos dieran indicaciones… digo: seguimos el caso de China; hemos visto lo ocurrido en Italia; somos testigos de lo que pasa en España… ¿para qué esperar a lo que diga el Presidente? ¡Vamos! Si algunos Gobernadores y alcaldes tomaron acciones preventivas mucho antes que el Gobierno federal, ¿por qué en la casa no? Y no, no nos atascamos de compras de pánico, mascarillas o cubrebocas (eso ya lo pasamos con el H1N1), sanitizantes o comida para el fin del mundo… hacemos lo básico: “Susana Distancia” y extrema higiene… aunque he de ser sincero, en mi caso, a veces me gana la cordialidad si me encuentro a alguien, pero es parte del proceso…

En España se dio que ante la cuarentena, mucha gente abrió cuenta en Tik Tok. Cuando me platicaron de esa aplicación, la busqué y vi: era totalmente para jóvenes, así que la hice a un lado. Ahora, junto con el Coronavirus, parece que surge un TikTokvirus, y no tanto porque haya gente que abra cuenta… ¡es adictivo! ¡Absorbe! ¡Y ves de todo! jóvenes, señores, ¡hasta ancianos participando en esto! Perdón: lo adictivo no es que hagas video, ¡sino que estés viendo videos! Qué tan virulenta es esta aplicación que puede el usuario ponerse un límite de tiempo en pantalla…

¡Mejor pongo Spotify…! Algo que me haga aprovechar mi tiempo en casa… ¡Mocedades!:
“España camisa blanca de mi esperanza / La negra pena nos amenaza / La pena deja plomo en las alas  // Quisiera poner el hombro y pongo palabras / Que casi siempre acaban en nada / Cuando se enfrentan al ancho mar…”

 

smcainito@gmal.com