Al periodista Arturo Reyes Isidoro, por el sensible fallecimiento de su señora madre, doña Margarita Isidoro Martínez viuda de Reyes. Descanse en paz
EL VODEVIL DEL DESAFUERO
Las redes sociales se incendiaban cuando un diputado local veracruzano, Erik Iván Aguilar López, pedía auxilio y gritaba que lo desaforaban, replicaba como aquel grito de la historia del pastor luterano en el Holocausto: “Ayer vinieron por mi vecino y no dije nada, hoy vinieron por mí, y no quedo nadie para hablar por mí”. Les dijo a los diputados que si lo desaforaban, luego irían por los de oposición. Y pedía ayuda hasta a la familia Yunes Márquez, lo que quizá lo condenó aún más. No le creyeron y dos panistas se sumaron al desafuero, el billete caminó, decía un asistente desde las butacas congresistas. Las dos cartas de Héctor Yunes: Jorge Moreno Salinas y Andrea Yunes Yunes, lo que queda del PRI, la dejaron pasar, es pleito de ellos dijo el tal Jorge, aquel personaje de la política que fue a devolver la caña de pescar que un día JDO le entregó en mano propia a Héctor Yunes Landa, pero esa es otra historia. En la memoria se le acusaba al diputado que fue a sacar un cadáver del IMSS de su zona, y se la guardaron, dicen que, además, dijo que “a la Fiscala la hacía un taco”, o sea, que se la persignaba. Ese comentario llegó a la secretaria de Gobierno, donde el poderoso titular le tiró un patrocinio y una carambola de tres bandas, lo que hizo que ahuecara la curul. Cómo a Gabino Barrera, se la tenían sentenciada. Algunos recuerdan que cuando intentaron derribar al Fiscal Jorge Winckler Ortiz, este hombre no se alió con los de Morena, y se la guardaron. Una más, una noche anterior el gobernador Cuitláhuac recibió a la bancada de Morena en Casa Veracruz, y ahí les dio la señal en el bull pen, como cuando los césares con el dedo pulgar decretaban la vida o la muerte del condenado, o el perdedor de la batalla. Luego del desafuero -donde además aprovecharon el viaje y se llevaron por ahí también a un alcalde y una síndica, a la que dicen apresaron-, el susodicho salió por piernas del Congreso veracruzano y a las pocas cuadras la gente de la Fiscalía lo apresó. La venganza es un plato que se come frio, decían en Palacio de Gobierno. Y ay de aquel que ose enfrentarse al poder, cuando ese poder tiene todo: garrote a la mano, recursos económicos en demasía y poco respeto a la ley. La historia así transcurrió, ese día de un miércoles de vodevil congresista, cuando los y las diputadas (me Afoxé) le dieron vuelo a la hilacha y crearon un merequetengue congresista, donde hicieron morder el polvo a ese diputado por andar moviendo cadáveres como la cinta Walking Dead. Y cuando iba con las esposas puestas rumbo al botellón, alguien alcanzó a decir: “No pregunten por quién doblan las campanas, doblan por ti, por mí, por nosotros todos”.
ESA COPARMEX
Hace muchos años, los organismos empresariales estaban unidos y eran fuertes. Aún se recuerda aquella batalla contra el gobernador de Veracruz, Fernando Gutiérrez Barrios, cuando intentó decretar una Ley de Expropiación, que las fuerzas empresariales de la región Córdoba-Orizaba echaron abajo y lo recuerda quien esto escribe porque Yo Mero era presidente de la Cámara de Comercio de Orizaba. Dante Delgado Rannauro, que era el secretario de Gobierno del hombre leyenda, llegaba y se reunía con una veintena de empresarios y manoteaba con fuerza el escritorio: “Yo no me puedo regresar con don Fernando si no le llevo una respuesta”. Pues se la llevó, tan bien se la llevó que el gobernador a pocos días retiró esa jalada de Ley de Expropiación. Lo recuerdo como si fuera ayer. Y lo comento porque hoy sale la noticia de que otro grupo empresarial, casi desaparecido, Coparmex, lo empieza a lanzar el empresario y político panista, Alejandro Zairick Morante, para hacer dos organismos en Córdoba y Orizaba, que se integren al desarrollo empresarial de las Altas Montañas. Alejandro es un fuerte candidato a la alcaldía panista en Orizaba, en la contienda que viene, donde aquí, aseguran futurólogos, la pelea está entre el PAN y el PRI.
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