¡Acuérdate hombre!

Al Estilo Mathey

  • ¡Acuérdate hombre!

 

Gustavo CADENA MATHEY

 

Lo que nos faltaba, que nuestro emblema nacional, el adalid de nuestra fuerza como país, la Secretaría de la Defensa Nacional, aunque en este caso hay que decir, acaso sus responsables del mando, también le hayan entrado a la corrupción en el sexenio pasado.

¡No puede ser!, no puede ser, roguemos para que sea “fake news”. ¿Cómo es posible que los altos mandos encargados de hacer respetar nuestra soberanía también le hayan entrado al cochupo del aeropuerto de Texcoco como lo está difundiendo El Universal?

Ora sí se va a acabar el mundo; ora sí que lo que vimos hace poco entre Puebla y la Ciudad de México no fue un meteorito que se desintegró en la atmósfera, fue una gran advertencia con una bola de fuego como las que según La Biblia mandó Dios en Sodoma y Gomorra cuando la perdición fue insoportable.

Afortunadamente con el entierro de Juan Carnaval hoy en el Puerto Jarocho se acaba “la fiesta de la carne”, y todos vámonos a los templos católicos porque hoy es “viernes de ceniza”, como nos enseñaron nuestras mamaces y abuelas, pero también como nos advertían y nos asustaban los curas cuando hacían sus ceremonias en latin y sus palabras sonaban a castigo: “¡¡¡memento, homo, quia pulvis es et in púlverem te reverteris!!!”, que ya traducido nos tranquilizaba: ¡acuérdate, hombre, que polvo eres y en polvo te convertirás!”.

Y sí, empieza la Cuaresma. Cuarenta días para arrepentirnos de todo el mal que hemos hecho y recomenzar una nueva vida. Cuarenta días antes de la crucifixión de Jesús, para guardar ayuno los viernes y reflexionar, pensar mejor lo que estamos haciendo.

Nadie duda que nuestro admirado Presidente Andrés Manuel se volverá estos días más juicioso, sí, más ponderado y ecuánime y buscará ser más justo pero más severo para que el país ya no se le escape de las manos.

Nadie duda que debe actuar con más cuidado pero también con más severidad y no le quedará más que ser firme y hasta implacable, por más que quisiera interceder por ellos, como hizo Abraham “en aquel tiempo”, cuando quiso salvar a tantos irresponsables pero ya eran insalvables.

No queda de otra, y de paso nada mal sería que diera oootra revisadita a los gobiernos estatales que no están haciendo su tarea.

Esperemos que nuestros pueblos recuperen la paz y la armonía en sus hogares y que todos contribuyamos a ello y protejamos el agua y las plantas que nos dan la vida.

gustavocadenamathey@hotmail.com