Político congruente, honesto, capaz, eficiente.

De los ciudadanos que en Veracruz dedican tiempo y esfuerzo a la cosa pública destaca Ricardo Ahued Bardahuil, surgido a esa actividad por la necesidad priista de recuperar el municipio de Xalapa en la elección de 2004 tras la desastrosa gestión de Reynaldo Escobar “el más alemanista de los alcaldes”. El cabildeo para invitar a Ahued y convencerlo para convertirse en candidato del PRI inició con una llamada del entonces gobernador, Miguel Alemán Velasco, seguido de la muy interesada intervención del ya candidato al gobierno estatal, Fidel Herrera Beltrán. Aún se recuerda a Ricardo Ahued haciendo campaña sin utilizar el logotipo priista, quemante ya porque el PRI no las tenía todas consigo después de perder la presidencia cuatro años antes. Fue afortunada la candidatura de Ahued, porque a partir de allí se incorporó a la política para hacer la diferencia, y a la vez referencia oportuna para ejemplificar que es posible servir a la sociedad sin menoscabo de la honra y del tesoro público. Por cierto, si bien el hubiera no existe, no escapa a la reflexión pensar lo que hubiera sucedido con Fidel Herrera sin los votos que captó Ahued para el PRI en esa elección. Ahora Ahued se desempeña como Director de Aduanas, milita en Morena y su nombre está en el escenario de posibilidades futuras. Esto no se acaba hasta que se acaba.