LOS OSCAR Y LOS CINES

*De Groucho Marx: “En esta industria, todos sabemos que detrás de un buen guionista hay siempre una gran mujer, y que detrás de ésta está su esposa.” Camelot.

 

LOS OSCAR Y LOS CINES

 

Cinéfilo tal cual, porque en mi niñez y parte de la juventud en mi pueblo había tres cines: Margo, Sección 25 y Tierra Blanca, y poco qué hacer y cuando en las tardes no había escuelas, nos escapábamos al cine, no nos pasaba como la cinta Cinema Paraíso, que un ambulante llevaba las películas para admirarlas. Eran los tiempos muy lejanos, cuando los cines exhibían por lo regular dos películas y a veces hasta triple, o sea, tres películas por el precio de una. El antiguo cine Margo, frente al parque Juárez en la calle Serdán, abandonado y cayéndose de viejo por estar sin uso, aún pervive un letrero con el logo de Cine, al que se le cayó una letra. Años pasarían para que llegaran las imponentes salas de la familia Ramírez, los Cinepolis, pero a ese pueblo que no tiene mar, Tierra Blanca, aún no llega ningún cine perrón. En aquel tiempo las butacas y respaldo eran de madera dura, el trasero dolía cuando llevabas vistas dos películas, bueno, a la gente de la edad, a nosotros de jóvenes no te duele nada, ni el alma, no hay nada como la juventud, que por eso los cursis poetas le llaman Divino Tesoro. Cuando llegas a una edad de la vejez, cuando ya no se cumplen años, se cumplen sueños. No recuerdo el precio de los boletos, pero debieron andar por ahí de uno dos pesos. En algunos cines las ratas se paseaban y sugeríamos que nos dieran un palo con clavo para cazarlas. Alguna vez llegó algo llamado viento fresco. Un aparato como aire acondicionado que en una esponja interior se le ponía agua fría y pegaba un viento fresco, cuando unos paisanitos llegaban, solían decir: ‘este viento es de agua’. Y se salían de la sala. Había competencia entre los tres cines y las cintas que se estrenaban en México, que todo siempre era centralizado, llegaban al poco tiempo. Ahí vimos a Elvis Presley y descubrimos el mundo maravilloso de Hollywood, los pantalones vaqueros que usaba James Dean en Al este del paraíso, o la rebelión suya en Gigante, cuando al lado de Rock Hudson y Elizabeth Taylor lo vimos encumbrándose desde la pobreza a la riqueza por encontrar petróleo en su tierra texana. El cine lo era todo, a escaparse de dónde vivías, a vivir sueños. Francis Ford Coppola llegó a decir del cine: “A mí del cine me atrajo su componente mágico, yo quería crear en ese mundo.”

Toco el tema porque ayer, cuando los Oscar se premiaron, me puse a hacer un recuento de cuáles cintas ganadoras había visito. Y eran varias: 1917, Joker, Erase una vez en Hollywood, Ford vs Ferrari, Jo Jo Rabbit, el Irlandés y, por supuesto, Parásito, la gran ganadora de  la noche. Jorge Ramos en su tuiter escribió. “Esta es la belleza de Estados Unidos. Mientras un presidente rechaza  inmigrantes y separa familias en la frontera, toda una industria celebra a los extranjeros y a su trabajo. Estoy convencido que este último mensaje es más poderoso que el odio y va a prevalecer”.

 

DE CURAS (LA INSEGURIDAD)

 

Una llamada irrumpe en los diarios locales. El Arzobispo Hipólito Reyes Larios, un hombre que en carne propia vivió un secuestro familiar y una desgracia, en su homilía del domingo “lamentó la ola de asaltos, asesinatos y secuestros que padece el estado de Veracruz y exigió a las autoridades poner un alto a la corrupción, robos y codicia”. Orizaba y Rio Blanco viven una pena por un crimen espantoso. La organización Alto al Secuestro, marcó a esta zona de alta peligrosidad. Los cinco municipios con mayores secuestros son: Xalapa, Coatzacoalcos, Orizaba, Veracruz-Puerto, Martínez de la Torre, Fortín de las Flores y Córdoba. Un amigo que vive en Estados Unidos, y que aquí conserva familia, me escribió y me preguntó el por qué no se levanta la sociedad civil a protestar, que hay mucha indolencia y miedo. Él sabe que una buena parte de mexicanos marcharon hacia Palacio Nacional y les cerraron las puertas, el presidente AMLO no los quiso recibir, entonces me dijo otro, para qué las marchas, si no sirven para nada. Veracruz vive muy alejada de sus autoridades. No implementan esquemas de seguridad, hace tiempo que el alcalde mendocino, Melitón Reyes Larios, está pidiendo la llegada de la Guardia Nacional a cuidar toda esta zona, y es el día que los alcaldes no se reúnen entre ellos, porque algunos le tienen miedo a la furia del gobierno estatal, pero se están tardando en ponerse de acuerdo todos y lanzarse a ver al secretario Alfonso Durazo, para que la Guardia Nacional venga y detenga y se castigue a estos malosos que secuestran y matan a la luz del día, no importándoles que los vean porque saben que nadie los persigue y gozan de total impunidad.

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