LA CASA DE LA MISERICORDIA

*De Mateo: “Dichosos los que prestan ayuda, porque ésos van a recibir ayuda”. Camelot.

 

LA CASA DE LA MISERICORDIA

 

Suelo caminar unos 4 kilómetros diarios, según conseja médica, porque caminando todo ayuda. Son mis ‘Camiaventuras’, que exhibo en mi Facebook, como le dice a mi caminar Othón González Ruiz, vocero del nuevo partido de la poderosa Elba Esther Gordillo. Un poco retomando aquella frase del Nobel, José Saramago: “Todo el mundo me dice que tengo que hacer ejercicio. Que es bueno para mi salud. Pero nunca he escuchado a nadie que le diga a un deportista; tienes que leer”. Caminaba a media semana pasada por la orizabeña calle Oriente 2. Vi a unos viejecitos sentados en la banqueta, en unos escalones, me acordé que era la Casa de la Misericordia (Fundada en 2015), que desde hace años el Padre Marcos Palacios me invitaba a conocerla y, por angas y mangas, diría un clásico, no había podido. Entré y vi el lugar donde dan de comer nutrientemente a la gente que allí llega, gente pobre y necesitada de un bocado o un pan, y me acordé aquello de Jesús: ‘Cuando tuve hambre, me diste de comer’. Un grupo de señoras, colaboradoras en la cocina servían a los viejitos, con una cuota de recuperación de 5 pesos comen su sopa y su platillo con carne o pollo. Vi el menú, ya hacia hambre y por poco me quedo. Es una obra donde está la mano de Dios. En otro salón me encontré sorpresivamente al Padre Marcos. Andaba de trabajo en la Casa del Obispado. La hizo de mi guía y me llevó por los salones donde tienen asesoría psicológica, tanatologica (ayudar a bien morir), consultorio médico y una farmacia bien surtida, que ya quisiera el presidente AMLO para presumir, en momentos que su gobierno hace agua por falta de medicamentos para los niños con cáncer. Me habló el Padre que dan unas 120 comidas diarias. Aquello se ve hermoso, ver a los y las viejecitas comiendo es algo que enaltece. Caminamos y pasamos a la iglesia de El Carmen, allí fijaron una cafetería pública y lucen en las paredes algunos cuadros del Maestro Fadanelli. A un lado de las oficinas del Obispado. En la Casa de la Misericordia está la mano de Dios, bendiciendo a los que más necesitan apoyo y comida, me despedí del padre Marcos, orgullo de esa obra que tuvo por años bajo su dirección y mano y que, al cambio de los curas, ahora está en otra iglesia sirviendo al Señor.

 

ESO ESTA BIEN O EL RECULE DE AMLO

 

Así debe de ser. Cuando las políticas de gobierno van en camino equivocado, hay que recular, echar pa´atrás, como dicen en España, o de culo, reculando. Sucede que la secretaria de Gobernación pidió hace días el padrón electoral y la cedula de identidad de cada uno de los mexicanos al grito de guerra, el INE le dijo nones, no te la doy, porque no se  puede. Las redes sociales se enardecieron, acusaron al presidente de operar como en los regímenes soviéticos o dictatoriales, y se le fueron encima desde académicos hasta el pueblo en los tuiters, que allí es donde se dan las grandes batallas por la patria. Olga Sánchez Cordero no sabía qué hacer con la embestida popular. Pero ayer en la mañanera el presidente AMLO la salvó, reculó con esa jalada. Dijo que la retiraba: “Le di instrucciones a la Secretaría de Gobernación (Segob) que no insistiera, que no nos metamos en eso y que no demos motivos para que se vaya a pensar que tenemos interés de controlar, como en las dictaduras, la situación de cada ciudadano y de cada persona”. Así está bien, cuando una política falle, a corregirla. Bien lo dijo Saramago: “Para qué sirve el arrepentimiento, si eso no borra nada de lo que ha pasado. El arrepentimiento mejor, es sencillamente cambiar”.

 

EL GRAN KOBE BRYAN

 

Él, cuando tomaba el balón entre sus manos, nos demostraba que nunca hay que rendirse. La muerte siempre crea dolor. Más cuando mueren en edad de no morir. Como le ocurrió al gran basquetbolista y hombre muy humano, Kobe Bryant, al lado de una de sus pequeñas hijas, Gianna, la que lo iba a imitar en las canastas del baloncesto y era orgullo del campeón. Cayó el helicóptero y los pasajeros que acompañaban al basquetbolista, están identificados en ese vuelo de la muerte. El trayecto era corto, de 200 kilómetros, y Kobe utilizaba ese transporte porque tenía muchas molestias por una lesión en la espalda, eso le costó la vida. Descansen en paz. La fortuna de Kobe está valorada en 700 millones de dólares. Michael Jordan lo catalogó como ‘un hermano menor’. Anoche todos los noticieros deportivos del mundo, le rendían pleitesía a ese dios caído, casado con una mexicana. Las memorias llevaron a recordar a los deportistas que murieron en accidentes de aviación, como el gran pelotero, Roberto Clemente, y nuestro tenista, Rafael ‘Pelón’ Osuna, ganador del abierto de EEUU.

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