RUMBO AL CONGRESO

*Al irse dejó tres sobres en la oficina del presidente que le sucedía. El primero le indicaba que, cuando hubiera una crisis, le echara la culpa a él de todo. El segundo sobre le decía que hiciera cambios en su gabinete. El tercer sobre, que comenzara a hacer sus tres cartas. Camelot.

 

RUMBO AL CONGRESO

 

Es la mañana de un día miércoles, antecede un día muy friolento. 13 grados y lloviznando. Sortearé la autopista de Orizaba-Córdoba y el entronque a Xalapa, por Cardel y al paso oler las típicas garnachas de Rinconada, que también es pueblo, y que la autopista de Miguel Alemán Velasco, en tiempos de gobernador, le abrió un nuevo paso y la gente ahora tiene que internarse a ese pueblo que ha vivido de las garnachas y eso ha permitido que muchos de sus hijos, de esas madres trabajadoras, hayan podido enviar a las escuelas a los mismos y darles una carrera. Es una cita en el Congreso donde la Comisión Estatal de Atención y Protección a los Periodistas (CEAPP), comparece ante los legisladores y legisladoras, comisión que preside la diputada panista, María Josefina Gamboa Torales, como cada año la presidenta, Ana Laura Pérez Mendoza y el secretario ejecutivo, Jorge Morales Vázquez, serán interrogados sobre el manejo de todo el año que transcurrió. En esas ando. Luego les cuento.

 

EL REAL MADRID Y BARCELONA EN ARABIA

 

Cuando les propusieron a la liga española llevar a los cuatro equipos grandes a pelear una Supercopa de España (Valencia, Real Madrid, Barcelona y Atlético de Madrid), en el estadio Rey Abdullah, en Yeda (Arabia Saudí), por 120 millones de euros en tres temporadas, torneo que vimos muchísimos por la tele, la pregunta qué se hicieron los directivos federativos, era si habría apertura en esos juegos, lo pusieron como condición, porque las mujeres no podían asistir a los partidos de fútbol y, si asistían, tenían que ir con la cara toda ensabanada y con las bufandas a la cabeza, según sus costumbres. Los árabes aceptaron que entraran, las pusieron aparte, en sección de mujeres. Diario El País: “En Arabia Saudí no hay libertad de prensa, rigen la pena de muerte y la tortura y se violan los derechos humanos y, en particular, los de las mujeres. Ellas tienen los movimientos restringidos, deben contar con el permiso de un varón de la familia para casarse y en la mayoría de los casos pierden la custodia de sus hijos si se divorcian. Durante el campeonato había mujeres en prisión por intentar defender la igualdad”. Sorprendió que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, bajara a premiar a medio campo a los ganadores. Fue y se vistió como en su pueblo, con vestido y sin taparse la cabeza y eso marcó un antes y un después, al menos en ese torneo futbolístico. “El traslado de la Supercopa española a Arabia Saudí, vuelve a poner una pregunta sobre la mesa: ¿debe ser el fútbol neutral ante los países que no respetan los derechos humanos? ¿Se le puede pedir al deporte lo que no se reclama a diplomáticos, políticos o empresas?”

 

JENNIFER Y BRAD PITT

 

Un tiempo fueron la pareja de Hollywood, que ejemplificaba al mundo el glamour de esa industria del cine. Luego, cada uno por su lado olieron a leña de otro hogar. La reconciliación vendría, decían los expertos. Nunca llegó. Cada quien tomó su camino y ahora se reencontraron en dos eventos, después de haber estado casados cinco años, la entrega de los Premios Globos de Oro y la del domingo, los premios que concede el Sindicato de Actores, los SAG Awards. Allí en el backstage, como le llaman los conocedores, atrasito de donde los premiaron, se vieron, se dieron un abrazo becho y sonrieron con sus estatuillas. Ella, Jennifer Aniston, por la cinta The Morning Show. Él, Brad Pitt, por la de Quentin Tarantino, Erase una vez en Hollywood, donde retratan el crimen de la actriz Sharon Tate de manos del killer Charles Manson. Pitt se quedó a escuchar el discurso de su exmujer y, cuando se vieron, su corazón palpitó de nuevo a velocidad de avión presidencial mexicano que no se vende. Durísimo. La tomó de la mano, se sonrieron y se desearon mucha suerte, al ritmo de me canso, ganso.

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