Borges, genio de la literatura universal / René Sánchez García

 Borges, genio de la literatura universal

 

                                                                                          René Sánchez García

 

El día 13 de junio de 1986, a la edad de 86 años, fallece en Ginebra Jorge Luis Borges, considerado por muchos el más grande escritor argentino y latinoamericano de todos los tiempos; también como el único genio de la literatura universal del pasado siglo XX. Lo cierto es que hasta el momento, ningún escritor contemporáneo o actual lo ha podido superar en tan prolífera actividad que desarrolló con su pensamiento y lenguaje escrito como poeta, cuentista, periodista, traductor y crítico literario. En vida, él nunca se afanó por ser escritor, pese a los reconocimientos recibidos a lo largo de su trayectoria; más bien se consideró un apasionado e incansable lector. Por ello en alguna ocasión expresó: “Que otros se jacten de las páginas que han escrito, a mí me enorgullecen las que he leído”.

El escritor nacido en el 24 de agosto de 1899 en Buenos Aires, a los 6 años le confesó a su padre el deseo de ser escritor. A los siete escribe en inglés un resumen de la mitología griega; a los ocho, La visera fatal, inspirada en un episodio de El Quijote; y a los nueve traduce del inglés El príncipe feliz de Oscar Wilde. A partir de 1914 parte con su familia a Ginebra, donde cursa sus estudios de bachillerato, escribiendo en 1918 sus primeros poemas en idioma francés. Regresa a su patria en el año de 1921, integrándose a un grupo de jóvenes vanguardistas, donde publica poemas en varias revistas literarias. Es dentro de este grupo cuando publica su primer libro Fervor de Buenos Aires (1923), iniciando así su carrera de escritor, gracias a su gran pasión de leer en español, inglés y francés.

Durante un lapso de casi 20 años, Jorge Luis Borges se dedica exclusivamente a leer para escribir reseñas críticas de todo cuanto le interesaba acerca de la literatura universal de su tiempo. Para comprender la dimensión de esta fase de vida de Borges, su biógrafo Alejandro Vaccaro menciona que le tomó cerca de 25 años recopilar en tres tomos de casi 500 páginas cada uno, todas las obras que antólogo, reseñó y criticó literariamente en su vida. Asunto anterior que lo hace ser considerado como el lector más importante de la historia de la humanidad. A eso debe sumarse las cartas que Borges escribió a su padre, compañeros, amigos y colegas, “escritas en el momento en que ocurren los hechos, no son recuerdos que estén sujetos al desgaste del paso del tiempo y, además están escritas para la intimidad”

Es hasta el año de 1941, precisamente con su libro Ficciones, es cuando trasciende al mundo de las letras, transformándose en el Borges hoy conocido, es decir, en uno de los más brillantes y polémicos escritores de América Latina. Es aquí el inicio o punto de partida de su singular estilo de escribir narrativa fantástica  o mágica, como: Historia universal de la infamia (1935), El Aleph (1949). De entre los muchos otros cuentos que recuerdo, destacan: El jardín de senderos que se bifurcan, La muerte y la brújula, El informe Brodief y el que más me agrada en lo personal: El libro de arena.                             Hasta el momento nadie ha podido explicar el enorme éxito de Borges entre su extenso público lector. Es considerado por sus críticos como un escritor complejo, que muy pocos entienden, pero que igual desean imitarlo para trascender en la vida. Esa parte seguirá siendo un enigma complejo que nadie podrá resolver. Una pequeña clave podría ser que Borges no perdió el tiempo en banalidades, decidió desde niño “consagrar su vida al oficio primordial de la lectura y al oficio provisorio y azaroso de la escritura”.

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