LOS GOLDEN GLOBES / Gilberto Haaz

*De Federico Fellini: “Un buen vino es como una buena película: dura un instante y te deja en la boca un sabor a gloria; es nuevo en cada sorbo y, como ocurre con las películas, nace y renace en cada saboreador”. Camelot.

 

LOS GOLDEN GLOBES

 

Era un domingo de futbol americano. Había que apoltronarse en el reposet, que tiene una curva del cuerpo de uno, de tanto andar sentado y mirar cine, ahora que Netflix es parte de nuestra vida, de muchos, y Fox y ESPN lo mismo, disfrutar los juegos de comodines rumbo al Súper Bowl en febrero en Miami. Quizá muchos presenciamos la caída del gran Mariscal Tom Brady, el último de los mohicanos que han ganado 5 veces el anillo de campeón, de 8 que se coló a las finales con sus Patriotas de Nueva Inglaterra y el jugador más valioso esas cuatro veces. Un superman del juego. Pero por la tarde llegaban los Golden Globes, los enterados y amantes del cine, señalan que esa ceremonia es la que antecede al Oscar de la Academia. Los prolegómenos. Hubo sorpresas, Sam Méndez ganó a los grandes, Scorsese y Quentin Tarantino, mejor película y mejor director, aunque los comentaristas opinaban que quizá en el Oscar el marcador cambie. He visto algunas de esas cintas, la de Tarantino de ‘Hubo una vez en Hollywood’, donde ganó el Globo Brad Pitt, que rola papel con Leonardo Di Caprio. Tarantino ganó tres globos de oro por esa cinta. Una película de 2 horas y 41 minutos, que Tarantino quiere hacerle una versión especial de 4 horas, esa película bien pudo haber sido una serie, con cinco mini episodios. Relata los tiempos de aquel Hollywood del killer y asesino Charles Manson y su familia de locos, en el mismo verano que el hombre había alcanzado la luna, en orgias satánicas que pusieron al mundo del cine de cabeza, cuando aquellos asesinatos a Sharon Tate y varios amigos de ella (9 asesinatos), esa mujer estaba embarazada y la apuñalaron, a ella y al niño en el vientre, lo que hizo más terrible y dramática la escena de la muerte, la esposa del gran Román Polansky, que desde ese día no vio la suya. Una buena cinta, al estilo Tarantino. Aun ahora ese crimen me acompaña por las noches, pues he comprado el nuevo libro, de los 7 que se hicieron del criminal Manson, de Tom O Neill, llamado ‘Manson. La historia real’. Un loco adorador de la muerte que murió en 2017 de un infarto, a los 82 años, 48 años después de aquellos crímenes, y quién sabe porque demonios escapó a la Pena de Muerte, donde debió haber sido ejecutado.

 

LA GRAN JUDY GARLAND

 

Vi también la vida de la gran Judy Garland. Madre de otra grande, Liza Minelli. Que ganó Globo de Oro. La revelación, Renée Zellweger, que interpreta a aquella gran diva que tuvo niñez de niña precoz, cuando el Mago de Oz irrumpió en los cines. Llegó a ganar el Premio Óscar, el Globo de Oro, el Cecil B. De Mille, el Grammy y el Tony. Y la cinta se revela en un tiempo cuando ya no tenía dinero, ningún recurso económico y con problemas con su marido, para pelear la custodia de un niño y una casa, y optan por llevarla a Londres en un invierno de 1958  a una gira inglesa, cuando las drogas de pastillas y el comportamiento de esa mujer, la llevaron por derroteros terribles. Una buena cinta que me recordó a aquella de la gran francesa, Edith Piaf, que comenzó su niñez cantando en las calles, en aquel París pobre que la cobijó hasta volverla su reina y con La vida en rosa impactar al mundo. Piaf dijo: «Mi vida de niña puede parecer espantosa, pero era hermosa… Pasé hambre… Pasé frío… Pero era libre…. Libre de no levantarme… De no acostarme… De emborracharme… De soñar… De esperar». Durante el invierno de 1968, treinta años después de protagonizar El mago de Oz, la leyenda del cine Judy Garland llega a Londres para dar una serie de conciertos. Las entradas se agotan debido a la cantidad de personas que se dirigen a verla.

Cuando Judy decide preparase para subir al escenario, vuelven a ella varios fantasmas de Hollywood que la atormentaron en su juventud. Luego, van sucediendo una serie de acontecimientos antes de su muerte. Una buena película, llena de dramatismo y de tristeza, de saber a veces como Hollywood devora a sus hijos. Bien lo decía Marilyn Monroe: “Hollywood es un lugar donde te pagan miles de dólares por un beso y 50 centavos por tu alma”.

Ah, también vi el Joker con el gran Joaquín Phoenix, ganador del Globo, pero esa es otra historia, para otro día.

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