No se oye bien que un político amparado con el cargo de diputado, como Mario Delgado, haga declaraciones acusando sin sustento alguno a adversarios políticos, como lo hace caracterizando al expresidente Felipe Calderón de “formar parte de un grupo delictivo”, así lo deduce porque era el jefe de Genaro García Luna, su Secretario de Seguridad Pública. Salvo que su dicho tenga fundamentos fehacientes, la alusión resulta ofensiva incluso para quien la profiere pues rebaja a niveles de chismes un debate que debiera ser de altura. Todo en un intento por justificar el nulo avance del actual gobierno en el combate a la delincuencia siguiendo el guion ya trasnochado de culpar al pasado de un presente ahora bajo su encargo.
