Aferrarse al poder es una de las principales aficiones de cualquier político, aunque pudiera haber excepciones si debemos creerle a López Obrador, presidente de México, quien asegura que no se aferrará al poder y no habrá reelección. Pero la burra no era arisca y esta es palabra de político mexicano, que en estos tiempos ni en los pasados ha estado muy acreditada; sin embargo, no pasa inadvertido que AMLO acarrea consigo un botiquín de medicamentos para mantener estable su salud, ni que el intenso ritmo que imprime a su actividad menoscaba al más fuerte, y que en su condición de presidente apenas inició el segundo año de un periodo de seis frente a un reto descomunal. Por ese entorno, sin descuidar los flancos, vale aguardar cuatro años más, que suman mil 460 días, cuyas decenas de miles de horas y centenas de segundos cuentan para bien y para mal, entonces podremos comprobar si AMLO se aferra o no al poder.
