VERACRUZ TIENE SENADOR (DANTE DELGADO)

*Oh aquellos años de gloria. Camelot.

 

VERACRUZ TIENE SENADOR (DANTE DELGADO)

 

Fue un buen gobernador de Veracruz, de cuatro años a la salida de Fernando Gutiérrez Barrios que, convertido en hombre leyenda por el mismo presidente Salinas, se lo llevó a apañar a la Quina Hernández Galicia y por allí a apaciguar esas aguas tempestuosas. A Dante se le deben muchas buenas obras en Veracruz. El bulevar que da al mar y que le ganó espacio quitándole a los ricos de Costa de Oro su casi amarres de yates privados, para entregarlo al paso vehicular, con mucha ayuda del notario Gerardo Gil Ortiz (qepd). A su paso efímero nacieron las plazas comerciales, Américas, donde el gobernador rogaba a sus amigos, casi se les hincaba para que compraran uno o dos locales comerciales, los amigos se le escondían, cuando les hizo el gran favor del mundo porque fue una de las últimas transacciones comerciales en plazas, ahora no se venden, se alquilan. Construyó el WTC, donde rinde ahora informe, y el famoso Acuario de Veracruz, un lugar por excelencia turístico. Cambió a Veracruz, de ser un puerto de pescadores que arrulla el mar a ciudad de gran turismo. Llegó la hotelería. El Palacio Legislativo y el Museo de Ciencias, y le dio realce al Tajín. Yo lo recuerdo cuando una vez nos llevó a los radiodifusores a un evento Tajín, el día que en Veracruz se hizo la reunión anual de la Cámara del Radio y la TV.

 

LA PASION DEL FUTBOL

 

El futbol vivía su pasión, no que ahora ni habrá equipo, Hugo Sánchez y el Real Madrid venían a exhibir sus glorias al Pirata Fuente. Y gobernó para todos los municipios, donde uno llegara se veía la mano del gobierno. Había obra pública, ahora no hay, en Orizaba ayudó mucho con su presencia en las Feria Expori, yo lo recuerdo en aquellos años en la reunión del hotel Orbe con Isaías Rodríguez Vivas, a quien hizo dos veces alcalde, un presidente querido y recordado, que cambió los poderes municipales del legendario Palacio de Hierro, a donde ahora están, en la calle Colón. Cuando se movían los tiempos políticos, diría Kamalucas, Dante buscó al candidato AMLO. Eran aliados, eran uña y mugre. Eran como Starky y Hutch. Donde López Obrador pisaba tierra veracruzana, ahí tenía a Dante a su lado. Si iba a Notiver, a saludar al director Alfonso Salces, los tres platicaban en cordialidad. A Tierra Blanca, cuando iban a mítines en el parque, que les transmitía XEJF y cubría el diario Crónica, sin pago alguno, Dante estaba a su lado. Vamos, si AMLO iba por las tortillas se llevaba a Dante. Algo pasó, porque no lo aceptó para ser candidato al gobierno de Veracruz. No sé si rompieron. Una vez, un avezado político me dijo que AMLO es muy desconfiado y no quiere figuras en su camino. Dante no le estorbaría y quizá hubiera (ah esos hubiera) sido este gobernador que se necesitaba. En el WTC, junto a su colega Osorio Chong y al otro lado Mauricio Kuri y Beatriz Paredes, el exjefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera y la bella Indira, que no es Gandhi, es Rosales San Román, Dante se cubrió de gloria como en tarde de toros, con su voz ronca y lastimada le decía a Andrés Manuel que es y será un opositor, pero no opositor mezquino. Ándale. Por ahí apareció el Muñeco Silva (Alberto), que fue a cuadrarse ante su jefe, otro nenorro chulo y guapo, Manuel Velasco Coello. Falta mucho tiempo aún, pero el informe perfila a Dante para la que viene, es cierto que su partido, MC, perdió el registro en Veracruz, pero con el federal le alcanza, y si no en la intermedia del 2021 quizá lo recupere. Ahí está. Hagan sus apuestas y cierren las puertas.

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