Para cerrar el círculo de las comparecencias ayer estuvo en el Congreso la Contralora del gobierno estatal, su participación desveló la cortina para dejar muy en claro la opacidad con la cual se manejan los recursos públicos en el gobierno de Cuitláhuac García. No solo eso, también el quebrantamiento de una promesa de campaña, que consistía en dar la obra pública a empresas veracruzanas. Los postulados fundamentales de MORENA giran en torno a la erradicación de corruptelas en la gestión pública, sin embargo, esto último no podría ser posible si se privilegia la adjudicación directa, en vez de licitar la obra pública conforme a la ley. La información de la Contralora es elocuente: por adjudicación directa se asigna un 58 por ciento, para empresas veracruzanas un 42 por ciento y a las foráneas 58 por ciento. La desproporción es evidente e injustificable, y para nada habla bien de un gobierno cuyo postulado es el cambio, aquí, Cuitláhuac también queda a deber.
