Yunes contra el Chapito, Parte II

La batalla que sigue, ahora en los tribunales, es la impugnación de los resultados de la elección interna del PAN para la renovación de la presidencia del Comité Estatal, cuya parte esencial es probar “irregularidades externas” por la presencia de elementos de la Fuerza Civil para intentar declarar nula la votación en la casilla de Tantoyuca, feudo del poder político del candidato ganador Joaquín Rosendo Guzmán Avilés, y que sólo tiene el propósito de abrir la negociación para el reparto del pastel a los vencidos, no para José de Jesús Mancha Alarcón, que no pudo sostenerse en el poder, sino para quien mueve sus hilos, el ex gobernador Miguel Ángel Yunes Linares.

En realidad, Yunes jugó bien sus cartas; de antemano supo lo complicado de la lucha, ya sin detentar el poder ni tener el control del estado y con pocos leales, aunado a que Joaquín Rosendo sumó a otros grupos que se habían alineado a él sólo coyunturalmente cuando fue Gobernador; de ahí que, sin descuidar otras zonas de la entidad donde incluso hubo señalamientos de compra de votos, su prioridad fueron los municipios de Veracruz y Boca del Río donde mantiene un férreo control, los que ganó sin problema para Mancha.

Hacia esos gobiernos en 2022 perfilaa su favorita senadora Indira Rosales San Román y al diputado Juan Manuel de Unanue Abascal para ser relevos, respectivamente, de su hijo Fernando Yunes Márquez y Humberto Alonso Morelli, habilidoso empresario que quiere hacer su propio camino. Lo que estaría en juego, entonces, es que se respete Veracruz y Boca del Río para él, incluso presionar desde el Comité Ejecutivo Nacional, con el aval del líder Marko Cortés Mendoza, dar de nueva cuenta la candidatura del PAN a la gubernatura de Veracruz a su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez, respaldado por un millón 453 mil 722 votos, de acuerdo al cómputo final en la elección del año pasado, además de un reparto proporcional a los resultados de la votación en posiciones edilicias para su grupo.

Esa será la verdadera lucha, frente a la cual la nueva corriente política de Guzmán Avilés, Tito Delfín Cano, Enrique Cambranis Torres y Julen Rementería del Puerto no cederá fácilmente, menos con el pacto que El Chapito hizo con el Senador porteño, quien cumple el perfil para ser el candidato panista al gobierno de Veracruz, y su hijo, el diputado Bingen Rementería Molina, para la alcaldía de Veracruz.

El asunto no es sencillo y, en este escenario, un dividido PAN no sería un riesgo para MORENA en las elecciones intermedias de 2021 ni 2024. Además, con todo y sus jaloneos, ese partido es hábilmente apuntalado desde el más alto nivel con una democracia poco común y el presidente Andrés Manuel López Obrador mantiene una enorme influencia en él, tanto como la aprobación a su desempeño en el país que llega, incluso, a 86 por ciento en su estado natal; en el estado, ocho de cada 10 veracruzanos lo califican bien, y esa evaluación está por encima de los constantes tropiezos y desatinos del gobernador Cuitláhuac García Jiménez. Habrá que esperar si cambian los escenarios.

“NO MENTIR, NO ROBAR Y NO TRAICIONAR AL PUEBLO”

+++La frase en mayúsculas que publicó en su carta de despedida la ex contralora Leslie Mónica Garibo Puga, de “NO MENTIR, NO ROBAR y NO TRAICIONAR AL PUEBLO”, sintetiza la razón de su salida.

No lo dijo con todas las palabras, pero son públicos los escándalos surgidos por la compra de 160 camionetas-patrullas a precios Ferraris, la adquisición directa de medicinas a la empresa Abisalud propiedad del ex delegado federal en Jalisco, el caso de nepotismo del Gobernador con el Subsecretario de Finanzas, Eleazar Guerrero Pérez, el cargo asignado en su dependencia de Miguel Ángel Vega, personaje ligado a la llamada “estafa maestra” y, en estos días, el gasto inflado de casi 15 millones de pesos en los actos cívicos del Grito de Independencia, en donde se contrata, por ejemplo, a un grupo musical por seis millones de pesos cuando su tarifa no rebasa 1.6 millones de pesos. En fin, la lectura es que prefirió renunciar s ser cómplice.