El presidente de México gusta de lanzar acusaciones, improperios y subliminales advertencias contra quienes no coinciden con su forma de llevar las cosas de la nación, al ex presidente Calderón lo tilda de comandante “Borolas”, a ciertos medios de comunicación los califica de “fifís” y “conservadores”, señala por su nombre a empresarios atribuyéndoles maniobras en contra de sus proyectos, todo acaso sin advertir su calidad de primer mandatario, es decir, que está al servicio de todos los mexicanos. AMLO, un día ofrece dejar de polarizar, pero casi de inmediato desmerita a la Comisión de Derechos Humanos minimizando sus observaciones, para enseguida lanzar admoniciones al por mayor. El presidente López Obrador obtuvo su cargo con indiscutible mayoría popular, pero esa condición no lo autoriza para atemorizar a sus adversarios políticos con el peso de la autoridad que hoy por hoy ostenta.
