En aquel tiempo

Al estilo Mathey

  • En aquel tiempo

Gustavo Cadena Mathey

 

Está muy claro que comentar de política, religión y futbol conduce a eternas discusiones en las que no se llega a ninguna conclusión.

Un día, camino a Roma, en febrero de 1995 con todo el tiempo del mundo, en el aeropuerto Barajas de Madrid, este reportero se atrevió a cuestionar a Don Sergio Obeso Rivera sobre la importancia de la religión en la conducta humana y del por qué en la iglesia católica los sacerdotes sólo tocaban temas que habrían sucedido “en aquel tiempo”,

Duro de carácter, no acostumbrado a ser cuestionado cara a cara, no de muy buena gana pero siempre inteligente, el entonces arzobispo de Xalapa dio una larga y apropiada explicación sobre ambos y otros asuntos y además comentó que los religiosos preferían al momento evitar discrepancias con los gobiernos y era entendible.

Ese tema vino a la mente del reportero el sábado anterior en el templo de San Pío X, en la calle de Araucarias, durante la celebración de la eucaristía en la que junto con el Padre Francisco Javier Hoyos quien debiera ser obispo, el actual arzobispo de Xalapa don Hipólito Reyes Larios atestiguó la confirmación en la fe católica de más de un centenar de niños y jóvenes.

Parte importante de la ceremonia fue su mensaje alentador pleno de nostalgia para los adultos, pero sobre todo de alerta que lo confirma como un modernizador de la iglesia católica, como lo es el Papa Francisco y que lo demostró desde los primeros días de apostolado en su sede la Catedral de Xalapa.

Don Hipólito ya no solo habla de lo que pasó “en aquel tiempo”, habla y en forma directa y clara de lo que está pasando ahora mismo y orienta sobre determinados y muy importantes asuntos de la vida cotidiana, como el muy criticado tema del aborto en defensa de la vida, que en realidad confirman que efectivamente la religión, independientemente de cada opinión personal, ayuda mucho, induce, estimula y alienta la buena conducta humana.

Por ahí en las redes he leído que “mucha gente opina que para ser bueno no hace falta ninguna religión y que de hecho hay un número considerable de personas honradas, bondadosas y responsables a las que no les atrae para nada la religión”.

Como en todo y como tantos otros se puede pensar que la religión apenas contribuye a mejorar la calidad de vida y que ahora a diferencia del tiempo de los abuelos, la gente era mucho más devota; sin embargo algo, algo, hace que la gente afín a las religiones aporte una convivencia más amable y llevadera cotidianamente que los forjados en la dureza de la subsistencia y no la conocen.

Bien por don Hipólito al que las autoridades de la curia romana deben tomar en cuenta para ocupar la vacante de Cardenal en Veracruz y en México, espero que este comentario llegue a la Sala de la Stampa del Vaticano y se apoye su candidatura.

Que haya paz y armonía en su hogar, no se le olvide sembrar árboles y plantas y cuidar el agua.

gustavocadenamathey@hotmail.com