La Era mundial de Trump es el fin del diálogo y la diplomacia

A propósito de la pregunta: cómo salir de ese escenario mundial contradictorio y construir uno más justo

Crónicas Ausentes

Lenin Torres Antonio

Venía en la mañana escuchando radio UV, el tema era “la ruta de Hernán Cortez”, y comentaba el conductor del programa que una de las acciones en el proceso de apropiación (conquista) de los españoles fue dar la orden de destruir todo vestigio del paganismo (ídolos, etc.) pues eso contravenía al estado teocrático español, y a las sagradas ideas cristianas (fundamentalista), esto me hizo recordar las acciones que emprendieron en las tierras conquistadas el Isis Daesh (Estado Islámico), destruyendo patrimonios de la Humanidad como la Puerta de Dios, en la histórica ciudad Siria de Nínive

Estas dos acciones bárbaras son leídas de diferentes maneras, una como algo que pasó en la historia del descubrimiento de América, y que no amerita ninguna disculpa por el real genocidio español de los pueblos originarios de América Latina, por eso la petición de disculpa (perdón) de AMLO a “la corona democrática española” se respondió como algo retro y sin sentido, incluso al interior de México fue a provechada para criticar a AMLO como banal y amarillista, sin importarles que ese genocidio se perpetró y que cambió el destino de México que bien podría haber sido otro mucho mejor. En otras palabras, no había ningún reproche que hacer porque el Imperio Español de ese entonces tuvo la gentileza de compartirnos sus dioses y visión de la realidad, según Octavio Paz, que por cierto, se muestra muy condescendiente con esa postura, quizás por su origen de sepa española, por lo que hay partes de la historia que merecen indignación como el genocidio judío, y otros no, como el genocidio de los pueblos originarios, el genocidio de los pueblos islamistas del medio oriente, etc., por lo que podemos decir que el poder del Imperio marca lo que es digno e indigno, y a ellos hay que atenernos.

La lucha por su identidad (atroz para la visión occidental) de los pueblos islamistas del medio oriente, por ocupar en el mundo una forma de vida diferente al occidentalismo, y pese a que la consideramos bárbara y salvaje merecen ser respetadas y reconocerla que es la visión y forma de vida ancestral de esos pueblo, y que si son pospuesta esas reivindicaciones es por las políticas de solución final del Imperio y el sistema dominante, una solución final menos directa pero que al final de cuenta es tan efectiva como los campos de concentración con sus cámaras de gas, esta solución final que está matando a miles de millones de seres humanos e incluso aún si nacer de hambre y pobreza, la distancia entre los pocos que tienen todo y los muchos que no tienen nada es abismal, el proceso de mantener el statu quo del sistema de dominio mundial del 1% es rapaz y efectivo, sin darnos cuenta el exterminio de los débiles y revolucionarios se está efectuando, y aun con un mundo que si puede proporcionar bienestar a las criaturas humanas que lo habitan, ese 1% acaparan y especulan con las riquezas del mundo, da y quita según recompensa por nuestra buena conducta y docilidad para legitimar y mantener el poder del 1%, como lo he dicho, la narrativa que construyeron incluye una autolegitimación en el discurso revolucionario y contestarío.

La maquinaria todo poderosa de dominio es descarada, y prepotente, ya no tiene modales ni diplomacia, es directa y tiene que ver con el cuidado y la protección de sus intereses geopolíticos, incluso, nos hacen creer que tienen oposición mundial con Rusia y china, pero en un santiamén los aplacan y los ponen en su lugar, por lo que hoy vivimos una era de la no diplomacia, del terrorismo imperial, de las contradicciones evidentes en que cae la narrativa del Imperio, que sin gran esfuerzo de análisis podemos verlas: cómo cabrón acusar de que el gobierno de Maduro es el único responsable del sufrimiento del hermano pueblo venezolano, sabiendo que en éste asqueroso e injusto mundo global un asfixiante y radical bloqueo económico es fatal, cómo justificar el genocidio que viven los pueblos islamistas por su “necedad” de volverse occidentales y seguir las reglas de juego del Imperio, sabiendo que aun en ese radicalismo de teocracia se puede hablar y respetar las diferencias, por lo que en lugar del exterminio debieron sentarlos a dialogar sinceramente, seguro, aun el extremismo occidental del Imperio y otros se puede ejercer la racionalidad, pero no pueden pedir diálogo lanzando bombas y amenazando con bloqueo o llevándolos a cabo, como a Venezuela, a cuba, y recientemente, la amenaza de subir los aranceles a las exportaciones de México.

La era mundial de Trump es el fin del diálogo y la diplomacia, es la era de la bota militar y la amenaza que pensábamos habíamos superado en América Latina después de la aplicación de la operación Cóndor en la década de los 70, reaparece la bota militar, el poder del Imperio para determinar lo que es bueno y malo, permitido y prohibido, para crear ahora no muros ideológicos sino de concretos para que los “animales” no traspasen sus fronteras, y no traigan las calamidades y pestes a sus pueblos (drogados y embrutecidos de una falsa felicidad e identidad).

America First (Primero América) no encierra un significado incluyente y humanista, es una expresión pulsional, como decir, “somos los más fuertes, los más machos”, “somos la raza dominante”, no hay ni un atisbo de colectividad ni humanidad ni inclusión, es la expresión más xenófoba y discriminadora de la historia de la humanidad. Trump es sinónimo de Hitler, así de simple.

Pero describir este escenario mundial y humano es cosa fácil, y puede ser percibido aun por el más reticente. Ahora lo que importa es cómo salir de ese escenario mundial contradictorio y construir uno más justo, honrado e incluyente, donde los mitos constitutivos, la democracia, la igualdad, el estado de derecho, etc., sean reales y expresen la forma más refinada de la civilidad, y seguro no será con actos revolucionarios radicales ni con la piedad-caridad cristiana, porque sabemos que oponerse al imperio significa la muerte directa o paulatina (dejando morir lentamente a los discordantes, como lo están haciendo en el mundo con muchos, entre ellos, la Venezuela de Maduro-Chávez, los pueblos Islamistas, etc.). Realmente no sé cómo construir un mundo más justo, más a sabiendas que ni siquiera la sepa intelectual lo sabe, puesto que ni siquiera se ha opuesto al Imperio, en cambio la vemos disfrutar el reconocimiento y el estatus de una clase social de bien y con bienestar, que el mismo imperio les ha procurado, ni a ellos podemos recurrir.

Help Us!, ¡y ahora quien podrá ayudarnos!, decía nuestro insigne “Chapulín Colorado”, personaje humorista creado por el genial Roberto Bolaños.

Creo que la humanidad necesita nuevos mitos constitutivos, la cuerda que sostiene la civilidad en armonía se ha trastocado, los espejismos democráticos no sostienen ni garantizan nuestra vida en común, el mundo se vuelve lúgubre y azaroso, la rueda de la fortuna se inclina hacia un solo lado, y la humanidad se vuelve un producto grotesco y mortal.

Seguimos rumiando las alegrías que están en el pasado y el futuro se desliza esquizofrénico por las carreteras virtuales donde la pulsión de muerte se siente cómoda.

Agosto de 2019