ALITO EN ORIZABA / Gilberto Haaz

*Recuerda que cualquier cosa que valga la pena, lleva en sí el riesgo del fracaso. Camelot.

ALITO EN ORIZABA

 

Llegó al Polifórum de Orizaba en un día martes, de los de ni te cases ni te embarques.  La invitación corría. A quien esto escribe el secretario del Ayuntamiento, Alfredo Hernández Ávila, llamó para correr invitación. Me acompañó Perro Horacio Uribe. Comida con el candidato que busca la dirigencia nacional del PRI, conocido entre la flota como Alito, de nombre, Alejandro Moreno Cárdenas, gobernador con licencia en Campeche, joven (25 de abril de 1975, edad 44 años) para ese partido que aglutina a los dinosaurios más antiguos de la humanidad. Busca la presidencia del PRI al lado de Carolina Viggiano, esposa del exgobernador Rubén Moreira. Llegaba a Orizaba el mismo día que la 4T soltaba las amarras contra los corruptos de Peña Nieto, y entre ellas una joya, Rosario Robles, quien ahora si tiene de que preocuparse. Los casos de Lozoya, Chayito, Collado, Peña en las páginas sociales, oscurecen a ese PRI que ya no ve cómo salir de la ratonera y del último sitio donde lo dejó el muñeco guapo pero presidente muy tentón. Mucho. Con la militancia priísta tuvo su reunión en el salón Emperador, los antiguos seccionales y la gente de a pie, la que hace la talacha. En una pasarela como de moda, Alito hablaba y daba sus pormenores, voy a dar un pormenor, de lo que aquí me ha pasado, diría el tema revolucionario. La gente le escuchaba, unas 400 personas que llegaron a oír y conocer a uno de sus candidatos, la otra es Ivonne Ortega, los conocedores dicen que Alito la lleva como carrera de vara alzada, va en gane, que lo apoyan desde Peña Nieto hasta AMLO, o sea que trae doble cobertura. El presidente mañanero de Morena lo ve bien, cuentan que un día en Palacio Nacional con los gobernadores del PRI, le dio la bendición, y les dijo a sus compañeros de sector y de partido que lo apoyaran, si querían que llegaran recursos federales, todos rieron.

 

EN EL ROMANCHU

 

Terminando el acto pasamos a una comida. Al lado del alcalde Igor Rojí López, anfitrión, y de Juan del Bosque, exdiputado federal, que un día fue asesor bueno de Manlio Fabio Beltrones, y ahora pasea a Alito, Juan lo iba presentando uno a uno, cuando llegó mi turno, creo que le dije: deja que aprehendan a Peña Nieto, y solo cabeceó. Llega a esta zona con el tapete nacional de 11 gobernadores priístas. Una fuerza que se cayó en la elección pasada. Y llega a Orizaba porque de Veracruz este Pueblo Mágico es el único bastión del PRI, donde ganaron una buena alcaldía, tienen más pero son aldeas pequeñas. A la entrada al restaurante Romanchu de Polifórum, saludé a un viejo conocido, Julio César Cerecedo, que desde Fidel Herrera Beltrán movía el abanico en la función pública, otro que aparecía era Carvallo el malo. Llegaban expresidentes municipales, como Juan Lavín de Córdoba y de Fortín, Armel Cid de León, representantes de las empresas: Octavio Gracián; el de Canaco de Córdoba y Orizaba, Mario Ríos Alvarado, Hugo Chahín Jr. y Ángel Chahín. Carlos Ponce, quien habló con voz de barítono. Sindicalistas como Enrique Hernández Olivares y Martín Soto Maldonado. Luis Cruz Montesinos, presidente del turismo de las Altas Montañas, le entregó una carta donde el CCE condena y pide se quite la caseta de Fortín, la que una vez prometió el gobernador Cuitláhuac quitarla y hasta la fecha, nanáis. Había más personajes, comida para unas 50 personas, una sopa de pescado y un filete a la veracruzana con agua de horchata y Jamaica, y a los discursos. Le dio la bienvenida el alcalde orizabeño, siguió la aspirante a secretaria general y, cuando el turno de Alito, pidió a la gente comentaran algunas cosas. Lo hicieron unas seis personas y el candidato les fue llamando uno a uno por su nombre, practicando la técnica esa que existe de la gran retentiva que usan los políticos, como lo hacía el presidente Kennedy y muchos políticos mexicanos. Reconoció a la ciudad como una de las mejores del país. Habló de la corrupción que generó el PRI, no le dio la vuelta, sus oponentes le llaman AMLITO, y otros Malito, pero él no se arredra. También soltó discurso contra la 4T, de quien dijo es un gobierno sin brújula ni destino: “Nació ayer, gobierna hoy y se va mañana”. Es un político campechano, buen tipo, irradia certeza entre sus colegas de partido, sincero, con buen discurso, figura física un poco a la Pedro Infante, penetra entre los suyos. La comida terminaba, partía a Veracruz puerto a otro acto partidista y que Dios le iluminara el camino, porque si se topaba con la mugre caseta de Cuitláhuac sabría lo que es amar a Dios en tierra ajena, el alcalde Rojí me comentó que hacía dos días había ido a Xalapa y demoró su trayecto seis horas. Sin duda. Alito se va como un hálito de esperanza para el PRI, a quien sus militantes no dejan morir. Ni quieren.

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