Cuitláhuac-Winckler, pleito patológico / Édgar Hernández

Édgar Hernández* / 

¡Uno fracasa, el otro se engalla y los veracruzanos en total indefensión!

Ha transcurrido más de un año desde que Cuitláhuac García inició un torpe y deshilvanado diferendo en contra del Fiscal General del estado, Jorge Winckler, un mozo al servicio de Miguel Angel Yunes a quien no asiste ni la razón, ni la legalidad, pero tiene dos dedos más de inteligencia y sagacidad de quien lo defenestra.

El espectáculo por ambos mostrado ante la opinión pública es verdaderamente deplorable. Parecen niñas jugando al “tú las traes”. Dos chamacos que por cumplir el mandato de sus titiriteros se la pasan haciendo el ridículo en desdoro de la seguridad pública.

No ha cabido la prudencia en el ciudadano gobernador quien en otras circunstancias de madurez y oficio ya hubiera tumbado al fiscal y toda la bola de traidores que se mueven a su alrededor.

Lleva casi 13 meses pretendiendo obedecer las órdenes de México; de sembrar las condiciones para llevar a juicio a Miguel Angel Yunes ya sin el escudo protector que dejó en la fiscalía estatal para de que al sumarle la “Carpeta Azul”, presentada a la vieja PGR por el propio Andrés Manuel López Obrador, no tuviera puerta de escape.

Pero no.

Los desatinos del hoy gobernador no han hecho más que fortalecer al Yunismo y el propio Cuitláhuac terminar siendo citado por la propia

Fiscalía de Winckler para que aporte información sobre la matanza de Minatitlán.

Terminaron los patos disparando a las escopetas.

Y es que las embestidas contra el Fiscal solo han dado lugar a que se descuide la seguridad pública y la procuración de justicia y que el propio Winckler lo exhiba demostrando, con números y carpetas oficiales, la incapacidad del gobierno en la prevención del delito.

Es verdaderamente increíble como el propio mandatario presume que “le ganamos al anterior gobierno, al de Yunes Linares, al tener menos número de feminicidios” cuando el solo hecho de reconocer el delito y ostentarlo con un número menor, demuestra su incompetencia, la total ausencia de sentido común.

Con su modito continflesco parece autista, por ello con tanta facilidad se le van encima sus enemigos.

Por eso en el día a día le demuestran con números que miente como sucedió en el caso de las cifras reales de la Unidad Especializada en Combate al Secuestro, las cuales arrojan que el gobernador miente al asegurar la detención, en los últimos meses, de dos mil personas cuando la cifra real es de 712, de las cuales 25 corresponden a delitos de alto impacto y las demás por faltas administrativas o detenciones en retenes de alcholimetros… ¡Vaya ridículo!

Igualmente censurable que no sepa distinguir entre la prevención del delito que es obligación de la SSP bajo su tutela, y las investigaciones ministeriales por orden de un juez, tarea que corresponde a la Fiscalía.

Total, un galimatías.

No hay día en que no salga con absurdas admoniciones, amenazas y el “ya nos veremos a la salida” sin que en los hechos pase nada.

El asunto Winckler, a casi 13 meses, raya en el total descrédito sobre todo luego de escuchar en el día a día que todo lo que sucede en Veracruz es culpa de Winckler, sonsonete que la propia Fiscalía ha satirizado imprimiendo tazas para café con la leyenda ¡Culpa es del Fiscal!

Veracruz no se merece esas reyertas.

Esas pendejaditas de primaria no son para una entidad de casi ocho millones de veracruzanos que están a la espera de un líder que los lleve por el camino de la productividad con seguridad y paz social.

Ya estuvo bueno de ocurrencias. La ciudadanía reclama seriedad en el tema de la justicia e información sobre la recesión que vive Veracruz. Se impone, aquí sí, una explicación sobre el uso y destino de los 128 mil millones de pesos de presupuesto que se ejercer de manera mínima y discrecional favoreciendo a los amigos y a las comadres.

La fiesta de la victoria debe terminar. La curva de aprendizaje no beca.

Acaso por ello cada día es más generalizado el reclamo de que el gobernador simule enfermedad y se retire, se convoque a nuevas elecciones y baraja nueva.

Es tan creciente el reclamo que la opinión pública y la ciudadanía manifiesta ya no están dispuestas a esperar dos años para que el mandatario solicite licencia y entre un emergente… ¡Solo que se vaya!

Por novena vez vendrá el presidente Andrés Manuel López Obrador a Veracruz al auxilio de su “Juanito” veracruzano que ya no siente lo duro, sino lo tupido.

Ya oye pasos en la azotea.

 

*Premio Nacional de Periodismo