El apoyo presidencial a Cuitláhuac

Antaño, cuando impulsado por alguna rareza el presidente de la república expresaba públicamente su estimación y apoyo a un gobernador, de inmediato se especulaba su arribo al gabinete para más tarde hacerlo candidato presidencial, obviamente no es el caso de Cuitláhuac García, a quien López Obrador ensalzó y hasta lo vitoreó en Antón Lizardo, y olvidó hacerlo con Virgilio Uribe y José Azueta. Para Cuitláhuac García ese respaldo político representa una carga adicional pues está obligado a corresponderle a quien lo hizo gobernador, empleándose, ahora sí, a fondo en la responsabilidad a su cargo. No la tiene fácil: inseguridad pública al tope, pobreza extrema, desigualdad social in crescendo, pago a proveedores que a partir de hoy lo acompañarán en sus oficinas y, quizás más preocupante, colaboradores inexpertos. Más lo que vaya apareciendo