HUELE A GAS (EXPROPIACION PETROLERA)

*“No recuerdo que un rival me ovacione”, dijo Messi después de marcar tres goles al Betis y la gente, de pie, lo ovacionaba. El tercer gol, propio de un genio. Camelot.

 

HUELE A GAS (EXPROPIACION PETROLERA)

 

La misma mañana que se celebra el 18 de marzo, Día de la Expropiación Petrolera, uno debe asombrarse de dos cosas, la primera, aquella anécdota que contó Francisco Martín Moreno en su libro, México Negro, que leí hace muchísimos años y deben leer (ler, dice Aurelio), muchísimos jóvenes estudiantes, cuando pocas horas antes de hablar ante la Nación desde Palacio Nacional, los ingleses y americanos llegaban corriendo a buscar al presidente Lázaro Cárdenas, para decirle que aceptaban los aumentos a los trabajadores y esas cositas que se pedían, que originaron la Expropiación. En la puerta estaba un revolucionario, un hombre de los bragados y de los de a deveras, Francisco J. Múgica, general, secretario del Gabinete y segundo del presidente. Múgica los detuvo en la puerta de Palacio: “No pueden pasar”, les dijo, “el presidente va  a informar a la Nación de la Expropiación Petrolera”. Y se les cayeron los calzones. Atrás quedaron los días cuando ingleses y americanos, engallados y envalentonados, déspotas, en una reunión con el presidente, cuando le preguntaron que quién les garantizaba que los acuerdos se respetarían, y Lázaro les dijo que él, el presidente. ¿Y quién avala la palabra del presidente?, dijeron los irrespetuosos. Cárdenas se puso de pie y les dijo: “Esta reunión ha terminado, señores”. Y bye, bye Nicanor.

 

EL SEGUNDO ASOMBRO

 

La segunda de asombrar, lo único malo de aquellos tiempos, es que nadie pensó que el niño Dios nos escrituró un establo y los veneros del petróleo el Diablo. Pues llegaría una alta corrupción generada en un principio por el poderoso sindicato petrolero, el cual el día de hoy con cinismo manda un desplegado en casi todos los diarios del país, escribiéndoles al pueblo y al presidente que ellos son gente bien portada. No tiene vergüenza Carlos Romero Deschamps y toda su pandilla firmante de ese desplegado, cuando sabemos que eran los principales promotores del huachicoleo, sabemos que al dirigente petrolero, que si fuera otro país, debía estar encarcelado, y goza de cabal salud  él y su familia, que se transportan en Lear Jets privados, llevando a veces hasta a la perrita cachorra a Paris, que París bien vale una misa y el esfuerzo de la pobreza de los mexicanos. La empresa llega a 81 años de celebración, endeudada, quebrada, lastimada, saqueada con la complicidad del sindicato, del cual el mismo presidente denunció que eran ellos, los trabajadores sindicalizados, los que no dejaban entrar al personal de confianza a cerrar los ductos, cuando la alarma sonaba que estaba siendo taladrado un tubo. Para Ripley, los empleados no permitiendo el paso, como si fueran gánsteres de Chicago, eso es Romero Deschamps y no lo salva ese desplegado que difundió a la Nación.

 

LOS GRANDES CRONISTAS

 

Uno suele oír ahora a los grandes cronistas narradores del futbol mexicano o del europeo. Y se va uno a los años cuando las grandes escuelas de narradores eran de Ángel Fernández, el mejor de ellos, Ángel hacía de un encuentro malo muy emocionante, por su forma de narrarlo. Era tan bueno que, cuando narraba un juego de beisbol de las grandes ligas, en la época que no había las redes sociales ni las grandes comunicaciones, por telefax recibía inning por inning y desde la cabina, con el sonido ambiental de un disco de estadio lleno, y un click que hacia al tronar sus dedos, era el batazo ya sea de home run o de hit. Otros lo fueron Fernando Marcos y Paco Malgesto, que transmitían por videotape el juego del primer Mundial en Chile, cuando Telesistema Mexicano enviaba su unidad, pues no había satélites ni nada y el juego lo veíamos un día después. Al igual que las peleas de box. Fueron cronistas hechos más a la imaginación. Hoy no tiene chiste, hoy ves todas las repeticiones con VAR o sin VAR y te sobra tiempo e imaginación. Fue también legendario aquel duelo entre Ángel Fernández en un Mundial en México con Paulo Planet, brasileño que solía narrar: “Mejor para Tostao, mejor para Pelé”, y Ángel llamaba a Rivelino: ‘La cosa más linda del mundo’. Entre él y Ángel Fernández hacían una narrativa que, a veces, era subir al cielo sin necesitar una escalera grande y otra chiquita, como dice La Bamba. Hoy hay buenos y son un montonal, la apertura de las cadenas deportivas: Fox, ESPN, Sky, Televisa, TV Azteca, Imagen y otras, han dado pie a que haya mucho trabajo para ellos, en la antigüedad no pasaban de cinco, aun no nacía El Perro Bermúdez, y cuatro de ellos, Zague, Luis García, Martinolli y el portero Jorge Campos, al igual que Javier Alarcón, en Imagen, renuevan la crónica, ya no es solo de fulano se la pasa a zutano, no, ahora le meten chispa y jiribilla y comicidad, y eso es bueno. Sin faltar otros grandes, José Ramón Fernández, padre de una generación de ellos, como Jacobo Zabludovsky hizo a muchos noticieristas, Faitelsson y algunos más. Me faltan muchos más, los de toros y box, pero eso para otra historia narrada.

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