Panfleto para reconfigurar una Izquierda Revolucionaria Mundial

Panfleto para reconfigurar una Izquierda Revolucionaria Mundial

Orden (dominio) Mundial y Epistemología de lo social

II

Introducción

Crónicas Ausentes

Lenin Torres Antonio

Siempre albergamos el sentimiento o pensamos que el ser humano es un ser bueno, racional y comunitario, que la historia del animal llamado hombre es la historia de una evolución positiva y exitosa, es decir, que el desarrollo del hombre, a lo largo de su corta historia en este mundo, es hacia mejores estadios de vida, y cognitivamente hacia el desarrollo de su inteligencia para construir un mundo prospero, racional y justo.

 

Hemos creído que vivimos el mejor de los mundos posibles, y que la exclusión, la pobreza, la violencia, y la injusticia se combaten con un marco conceptual racional único, que podemos llamar, mitos constitutivos o espejismo democrático que ha servido para la explotación (esclavitud) humana: la democracia, la justicia, el derecho, la igualdad, la dignidad, etc., nuestros románticos e ideales barrotes de la celda de nuestros cuerpos.

 

Sócrates (Platón) inaugura esa gaya actitud del hombre ante sus mitos constitutivos, sepulta el lado trágico del hombre, y con su máxima sólo sé que no sé nada, inicia la petición de principio que entrampa los sentidos en el símbolo y la letra, que encuentra en la finitud del lenguaje su propia auto justificación impidiendo ir más allá la experiencia humana, y  nos condena a un eterno sufrimiento prometeico, pues el saber no nos garantizará nunca la verdad total, y la búsqueda esquizofrénica por encontrar la verdad empobrece y vuelve temerosa el cuerpo (alma) del hombre, una verdad que siempre ya no es cuando pensamos que era, y preferimos creer en la nada (en esos mitos constitutivos), y tan cual sofista Sócrates engañó a la humanidad, y le hizo creer en un paraíso que siempre es pospuesto por esa saber que nunca es completo, la garantía de la verdad queda pues, en un pensamiento que no sabe que sabe, pero que es lo único que tiene el hombre para decir ¡yo soy!, de esa confusión del animal con tenues sentidos y una imaginación que rebasa los puntos de apoyo para saber del mundo externo e interno, se sirvió los resentidos, el fuerte (débil) que devino en asceta y en portador de la buena nueva, el gran engaño de la intolerante gramática occidental, perversa y mortal, eficaz y segura como instrumento de explotación y denominación, una gramática que contiene hasta su auto justificación en una diferencia controlada del acto revolucionario que permite la legitimidad del sistema de dominio.

 

La historia del hombre tuvo dos rutas: la ilustrada (la del logos y la letra) o la mítica (la que sólo se entendía descifrándola) la irracional y proscrita, la que sólo se enseñaba a través de los canticos, dos caminos que pudieron ser la diferencia, entre éste mundo, y otro que quizás pudo ser mejor.

 

Fue Sócrates quien nos puso por el sendero de los ilustrados y racionales, y posteriormente el romanticismos y la ilustración vienen pues a darle la supremacía al sendero ilustrado, a esa creencia que el hombre con la luz de la razón desvelará la verdad del hombre, y que sus dudas no tan sólo se responderán desde la garantía de su cogito, sino con hechos que evidenciarían que la elección fue la correcta, la urbanización, la comodidad del mundo moderno, las letras de los sabios que nos arreglan nuestros problemas para una vida más confortable y placentera, una vida en comunidad menos salvaje, y las cuentas de vidrios, los espejos, fortalecen y apuntalan el narciso que habita en cada uno de nosotros, pero también es el comienzo de la apropiación de nuestras voluntades que encuentra sus puntos de apoyo estructurales en nuestra propia naturaleza sumisa y acostumbrada al mando.

 

Es la hora del tiempo de las maquinas, ruedas, fabricas, edificios, placebos, etc., donde los sentidos son explosionados y utilizados para reafirmar nuestra condición de civilizados, hasta llegar al momento actual, donde lo real se sustituye por una híper-realidad que nos deja en total indefensión ante el sistema mundial de dominación y explotación, el proceso de alienación culmina exitosamente, y el hombre se reduce a un plus, queda pues tan sólo un numero en la lápida de cada uno de nosotros aun antes y después de morir.

 

La cultura occidental nace en el Mediterráneo, en Grecia se consuma el abandono del mito y se instaura la tiranía del logos y el lenguaje, pero no es ahí donde nacen los que se adueñan del mundo, las hordas de los barbaros venidos beatos y redentores de la fe se hacen con los lugares santos, y administran no tan sólo la fe sino al mundo mismo. Desde ese momento, el mundo tiene un solo dueño.

 

Las miradas de los señores feudales se desvían de los lugares santos y se sitúan hacia los cuatro puntos cardinales, ya no les son suficientes sus tierras y sus esclavos, e inician la colonización salvaje de África, Asia, América, aun todavía no llegan las luces de la Ilustración que les permitan pasar de la colonización salvaje a la colonización civilizada (ideológica), tan sólo le teología justifica la apropiación de los salvajes y sus tierras; los negros, los indios, los chinos, los amarillos, lo que marca la diferencia a final de cuenta es la piel, podríamos decir que es el tiempo de la supremacía de la piel blanca.

 

La Ilustración sentó las bases ideológicas de la colonización civilizada (ideológica) que los señores feudales monárquicos (democráticos) sustituyeron la fuerza bruta por las ideas, como nos las describe Foucault en vigilar y castigar, el castigo paso del cuerpo al alma, y se nos hizo creer que el alma era diferente al cuerpo, e incluso, que el alma era más importante que el cuerpo, criminalizaron al cuerpo, aunque en la intimidad los señores dueño del mundo, sólo a través del cuerpo ejercen su predominio y sus bacanales orgiásticos de goce y placer los mantienen encima de los animales vivientes, biología en lugar de filosofía, de esta forma, el proceso de dominación de los señores reyes de piel blanca, pasó de la colonización por la fuerza a la colonización civilizada e ideológica, se instala la superestructura o metalenguaje de la dominación, la gran gramática de la única verdad, que no tiene nada que ver con la economía capitalista, sino ideológica-filosófica, y fundamentalmente, con el lenguaje.

 

El corpus epistémico-ideológico de la fe ciega en la razón y la democracia son interiorizados para permitir una dialéctica que justifique la superación de los contrarios, podemos decir que se instala la teoría de la diferencia que posibilita al ser en el no ser, el hombre como dice Nietzsche, prefirió querer la nada (la ideología ilustrada) a no querer, porque ante la proscrito del goce del cuerpo, que no necesita palabras, letras, el goce se instala en el símbolo, un símbolo insaciable, y perverso, limitado y acomplejado. Por eso quien impusiera la gramática dominaría al mundo: la cruzada por los lugares santos, se sustituyó por la cruzada por el predominio de la gramática occidental, qué importa que la cultura legitime el burka, si occidente dice que eso es inmoral y anormal, ya está dicho todo; la verdad de los hombres quedó secuestrada. La madre de todas las batallas en un tiempo por venir será por rescatar la diversidad y la pluralidad de los cuerpos y tierras.