Entre la violencia y la disputa política

CAMALEÓN

Entre la violencia y la disputa política

La población veracruzana sufre acentuada percepción de inseguridad a causa de los incontables hechos de violencia que se suscitan cotidianamente en el territorio de la entidad, tal como los medios relatan con la asiduidad del caso. Sin embargo, desde el gobierno estatal se nos quiere inducir a creer que los índices delincuenciales van a la baja a despecho de una realidad que dice todo lo contrario.

Parecería patológico insistir que la inseguridad pública en Veracruz está al tope, pero esa actitud acaso solo refleja la esperanza de que no escale más, aunque nada hay en el escenario veracruzano que lo pueda garantizar. Al menos en Veracruz, los cuerpos de seguridad lucen rebasados e impotentes para detener la delincuencia, e invita a coincidir con Alfonso Durazo, el Secretario de Seguridad Pública Federal, en su aserto sobre la necesidad de constituir la Guardia Civil por considerarla capaz de enfrentar al crimen organizado, dada la impotencia de los cuerpos policiales existentes para asumir con eficiencia ese reto. Lo único cierto es que en Veracruz la violencia es menú de todos los días.

Hace ya varios años que convivimos con la violencia, una condición que ni en nuestras peores pesadillas pudimos haber concebido. La dramática realidad nos obliga a permanecer en permanente vigilia, no es posible la tranquilidad con cuanto ocurre cotidianamente, la narrativa es patética: balean al alcalde de Astacinga, secuestran a médico en Acultzingo y una médica en Comapa, un mes después liberan al ex alcalde de Hueyapan de Ocampo, secuestran a ganadero en Cerro Azul, asesinan al jefe de la policía de San Juan Evangelista, un joven es asesinado en el malecón de Coatzacoalcos, liquidan a empleado municipal de Martínez de la Torre, encuentran cadáver en el río Cotaxtla, y muchas más de fúnebre talante en tan solo un día. Y en este escenario se produce la noticia sobre la detención de dos criminales en Tierra Blanca, es buena, por supuesto, pero se difumina porque en la mezcla son muchísimas de arena por solo una de cal.

Ya para nadie es un secreto que el comercio establecido y el informal están sometidos a doble tributación: pagan al fisco y pagan cuota de protección al crimen organizado sin que haya poder público capaz de evitarlo, así lo demuestran los crímenes recientemente perpetrados contra dos comerciantes frente a decenas de personas, en pleno Centro Histórico de Xalapa.

Suena curioso escuchar al Delegado federal, Manuel Huerta, sobre el éxito de la estrategia del combate a la inseguridad, y que “No estamos en la zona de mayor conflictividad nacional…”. Pero es declaración interesada porque, obviamente, si no fuera gobierno estaría señalando exactamente lo contrario, y si el Secretario de Seguridad del gobierno federal, Alfonso Durazo, declaró que Veracruz no está entre las zonas de mayor inseguridad, la población piensa exactamente lo contrario, y “el pueblo manda”.

No obstante, asiste la razón a Huerta Ladrón de Guevara al subrayar que llevan dos meses en el gobierno y que el problema de la inseguridad se combina con las circunstancias socioeconómicas en que recibieron la entidad. Ciertamente es corto el tramo recorrido por el gobierno de Cuitláhuac García en el Estado y de López Obrador en el orden federal como para intentar una evaluación con resultados determinantes, solo a mediano plazo se podrá advertir si con la implementación de los programas asistencialistas proyectados para Veracruz se obtienen mejores condiciones de vida en cuanto a pobreza y seguridad pública.

Pero tendrán que mejorar procedimientos y evaluar resultados, porque, al menos en lo que corresponde al Poder Legislativo, la austeridad está carcomida y en riesgo de ser considerada como un cuento fabuloso porque los diputados perciben ingresos mayores a los del Jefe del Poder Ejecutivo, Cuitláhuac García. Es posible argüir que se trata de otro Poder, y sin duda así es, pero en el Congreso local Morena hace mayoría y no demuestra solidaridad con la campaña emprendida por quien los hizo diputados, o sea, López Obrador, porque sin él en este momento  más de uno, o una, estarían en sus respectivos lugares de origen afilando el machete unos o fregando los platos otras. En cambio, en el Poder Judicial, integrado por elementos ajenos a la política militante, cuyo trabajo es de corte apartidista, se pusieron la camiseta de la austeridad en testimonio de solidaridad con Cuitláhuac García. ¿Cuál congruencia entre los “representantes” del pueblo?

Mientras tanto, en el gobierno del estado están ocupados en defenestrar al fiscal general en una faena en la cual el rejoneador a cargo del programa corre el grave riesgo de ser cornado, pues a la dirigencia cameral se le hizo bolas el engrudo en el caso del juicio político contra Jorge Winckler, ya que teniendo la olla para cocinar el caldo, le faltaron los ingredientes que le dan sabor y no saben cómo conseguirlos, se ignora si por falta de experiencia para cocinar o ausencia del “sabor” para hacerlo. Mucho protagonismo, excesivo anuncio triunfalista engatusó al cazador, que cuando tuvo la presa a tiro no contó con las municiones a mano para ejecutar el disparo. 19 de 50 diputados, pertenecientes al PAN, PES, MC, PRD, PT y PRI se manifestaron en contra del Juicio Político contra Winckler. Si esto se confirma, representaría un fuerte revés a la operación política y tendrán que esperar una nueva oportunidad para demostrar al gobernador que se sabe hacer algo más que declarar ante la prensa- En este conflictivo escenario, cualquier cosa puede suceder.

alfredobielmav@hotmail.com