Como en Singapur, muerte para los delincuentes

El combate al robo de combustible emprendido por el presidente d la República, Andrés Manuel López Obrador se ve sumamente complejo, pues no sólo va por los funcionarios coludidos en este crimen que desde hace varias décadas ha permitido la succión y venta ilegal de gasolina en prácticamente todo el país, sino también porque en ello están involucradas miles de familias, poblados enteros.

Para muchos la entrega de dinero a las familias de los también llamados “Huachicoleros” no resolverá el problema, pues se trata de personas acostumbradas a recibir sendas ganancias por un delito que han venido cometiendo desde hace varios años y del cual han podido vivir holgadamente, de modo que será sumamente difícil erradicar ese cáncer.

En esta revista no dudamos de las buenas intenciones del presidente mexicano pero la situación que enfrenta es muy grave, y hemos escuchado a muchos lectores y ciudadanos de a pies que están a favor de la aplicación de la pena de muerte en México a quienes incurran en delitos graves, tal y como sucede en Singapur y otros países asiáticos.

Aquí las autoridades están rebasadas, eso es un hecho, la delincuencia está extendida como un pulpo gigantesco y se fortalece ante la falta de un proyecto de seguridad efectivo; ni que decir de Xalapa que hasta antes de la guerra contra la delincuencia era una ciudad respetada por ser la capital del estado en la que están asentados los tres poderes.