EL POPULISMO COMO GOBIERNO

EL POPULISMO COMO GOBIERNO

Joel Vargas

El populismo, en sus inicios, fue un amplio movimiento político social. Populismo es un concepto político que permite hacer referencia a los movimientos que rechazan a los partidos políticos tradicionales que se muestran, ya sea en la práctica efectiva o en los discursos, combativo frente a las clases dominantes. El populismo apela al pueblo para construir su poder, entendiendo al pueblo como las clases sociales bajas y sin privilegios económicos o políticos. Suele hacer su estructura en la denuncia constante de los populistas, por lo tanto se presentan como salvadores de los humildes. Populista fue Martin Luther King, de Estados Unidos asesinado vilmente por los potentados. Populista fue Nelson Mandela, de Sudáfrica, quien pasó 25 años en prisión. Populista es, por supuesto, Andrés Manuel López Obrador.

 

El gobernante que no es populista entonces es elitista. Populista es estar cerca del pueblo, servir al pueblo, sufrir y gozar con el pueblo. El gobernante elitista únicamente sirve a las élites, los burgueses, a la aristocracia y a los plutócratas. Ignoran los sufrimientos del pueblo y procuran por todos los medios posibles mantenerlo en pobreza para una explotación esclavizante de por vida, esto es, nacer pobre, crecer pobre y morir pobre. Era lo que estaba sucediendo en México desde hace muchas décadas. Se privilegió la ignorancia alfabética en la clase pobre. Una educación media insuficiente y la educación superior vedada para miles de jóvenes. Saber que hoy se crearán nueve universidades en distintas regiones de Veracruz enaltece el populismo mexicano. Paúl Freyre lo expresó hace muchos años, cuando era miembro eminente de la UNESCO; “Sólo la educación hace libre al hombre”.

 

El populismo nació en Rusia en la década de 1860. Su denominación se debe a que los intelectuales progresistas, sobre todo estudiantes, iban al encuentro del pueblo, a las aldeas, con la esperanza de levantar y conducir a los campesinos a la revolución ideológica y de esfuerzos para su liberación. Aquí surge el primer choque de ideas y de acciones entre comunistas y la fuerte estructura de la Rusia de los Zares, católicos profundos. Los primeros comunistas que llegaron a la Rusia zarista, se organizaron con la siguiente divisa: “Si los católicos tienen el poder, hagámonos católicos”. Una especie de mimetismo político. Lo mismo que aconteció muchos años en México, “Si los priístas tienen el poder hagámonos priístas”. Antes de Obrador, la oferta había aumentado. “Si los panistas tiene el poder, hagámonos panistas”. Esto es, abrazar el amasiato PRIAN, todos saqueadores de alta vocación. La cuestión es que ahora llegó Morena. No es la perfección, porque lo perfecto no existe, al menos estarán muy cerca del pueblo para ayudarlo.

 

El populismo es una forma de gobierno con un  fuerte liderazgo de un ente humano altamente carismático con propuestas de igualdad social y movilización popular. Es importante señalar en la simplificación dicotómica y el claro predominio de argumentos emocionales sobre los racionales. Un populismo de impulsos repentista no sirve. El populismo funcional debe ser eminentemente racional. La razón cerebral por sobre todas las cosas. El populismo nunca debe ser demagógico.

 

No es lo mismo ser populista que demagogo. En México, Vicente Fox, fue el más grande demagogo que haya pasado por la presidencia del país. No llega al poder por el PAN que sólo fue emblemático, sino por un grupo de ricos que se hicieron llamar “Los amigos de Fox” organizado por Lino Korrodi, su amigo de siempre cuando Fox andaba arrastrando la cobija de la pobreza. Triunfó con varios millones de votos gracias a su demagogia populachera y porque el pueblo estaba ansioso de un líder que propiciará el cambio. No se quería saber del PRI nada. Fox resultó un cascarón, vacío de todo. Ofreció duplicar las percepciones de los jubilados. Resolver el problema de los zapatistas en quince minutos. A los jóvenes ofreció becas que nunca llegaron. Se vistió en su campaña como rebeco: Botines puntiagudos, cinturón con hebilla grande, sombrero de espanta pendejos y bigotes de coladera.

El demagogo es el que ofrece a sabiendas que no cumplirá. Fox prometió muchas cosas incumplibles. Lino Korrodi declaró a la prensa que hacia meses que él pagaba la nómina de un par de fábricas de calzado en decadencia. Fox necesitaba la presidencia como el sediento en el desierto que pide agua. No tenía equipo con quien gobernar. Era un huérfano en el poder. Demagogo de gran suerte pues cuando estuvo en la presidencia el barril de crudo se elevó a 104 dólares. No se sabe en qué se invirtió tanto dinero a favor del pueblo. Se fue, como dijo Obrador, por las cañerías de la corrupción. Hoy es un hombre multimillonario, dolarizado, igual que sus hijastros. Y tal vez hasta Manuel Bribiesca es rico, el esposo que se separó de la señora Martha, quien dijo refiriéndose a Fox: “No sólo se llevó a la vaca, también se llevó a los becerros”. Fox sigue siendo un demagogo inculto.

 

Es lamentable que el expresidente Calderón hable del populismo como si fuera un veneno social. Claro que él nunca podría ser populista con una presidencia robada. Que el dirigente del PAN con soberana ignorancia se exprese mal del populismo como concepto político e ideología. Y esa dama Ruiz Massieu es una vergüenza para los siete millones de priístas que quedan por ahí regados en el país. ¿Quién la nombró y quién la puso donde está?