Llenando vacíos / Zaira Rosas

Por:Zaira Rosas

zairosas.22@gmail.com

Todas las personas que viven en esta época, son las que disfrutan de una mayor esperanza de vida que años atrás, hay más personas con estudios universitarios y posgrados que antes, la calidad de vida es mayor a la de generaciones anteriores y sin embargo nunca antes estuvimos tan tristes. ¿Por qué si los estándares de vida aumentan, no lo hace nuestra felicidad?

Por coincidencia ayer tuve un día de maratón de documentales y vídeos que relacionados entre sí me llevaron a la reflexión que estoy a punto de compartirles, primero un ex empleado de Google que trabajaba en la división de desarrollo tecnológico nos invita a pensar respecto al avance de la inteligencia artificial y que un día ésta rebasará a la humanidad, por ello debemos lograr que lo que la tecnología aprenda de nosotros sea lo mejor, ya que todo lo que en algún momento fue ciencia ficción para generaciones atrás, hoy es algo real. Sin duda lo mismo puede ocurrir con nosotros, lo que creemos que es ficción no tarda en trasladarse a nuestro día a día.

Si los avances científicos continúan, hemos de procurar que los robots aprendan de los mejores valores que tenemos como seres humanos y sobre todo sobre felicidad, que entiendan que un mundo de guerras y consumo excesivo jamás será el camino y respecto a esa búsqueda constante de la felicidad que sin darnos cuenta va de la mano con el consumismo he de recomendarles Minimalism, un documental que sin duda me llevó a vislumbrar con más detalle el entorno, ¿qué es lo que realmente necesitamos?¿cuántas cosas inútiles hemos comprado?¿cuánto espacio de mi casa es el que realmente utilizo?, con la llegada de nuevas franquicias extranjeras, la publicidad masiva y otras culturas como influencia, el mundo en su mayoría comenzó a aspirar a más.

La sensación de que no es suficiente y la aspiración de más es parte de nuestro ADN, quizás por supervivencia, pero la gran mayoría de personas tendemos a acumular mucho más de lo que necesitamos. No dudo que haya quien no lo haga, pero son los menos, las personas promedio trabajan arduamente 8 horas al día, obtienen salarios que generalmente no son suficientes, pero ello no los detiene a adquirir determinados productos, muchos de los cuales no son del todo utilizados. Minimalism, es un documental que contradice la forma común de vida, no de manera tajante, sino reflexiva, comienza con la historia de dos amigos que podrían tener todo lo que la mayoría entiende por éxito, buenos salarios, grandes casas, clósets llenos al igual que las despensas, sin embargo no eran felices.

Con el tiempo ambos amigos se iniciaron en el minimalismo, una forma de vida que los llevó a tener lo indispensable, unas cuántas camisas y pantalones, una chamarra y sólo aquellos objetos que realmente le dieran sentido a sus vidas. Ambos escribieron un libro sobre esta forma de vida, lo difícil que fue ir donando gran parte de sus pertenencias pero también describen a detalle como poco a poco nos llenamos de cosas que nunca nos hicieron falta pero todo alrededor nos hace sentir que lo necesitamos más que nunca. En el mismo documental hay expertos en sociología, psicología, neurociencias, etc. Todos ellos nos hablan de cómo la sociedad de consumo ha hecho que pasemos de dos temporadas de moda que antaño eran frío y calor a 52 temporadas en las que las tiendas cambian su aparador constantemente invitándonos a adquirir más porque lo que poseemos es de temporadas anteriores.

Los expertos en economía comparten su opinión respecto a algo que me dejó helada, si alguien le preguntaba a la gente cuanto tenían para construir una casa ellos daban una cantidad, supongamos 500 mil pesos, pero en realidad no poseían esa cantidad, lo que poseían era un crédito que les aportaba esa cantidad, ¿cuántos viven su vida considerando esos créditos? He escuchado a infinidad de personas hablar de que pueden costear determinado estilo de vida gracias a ese crédito, pero fue justo esa forma de pensar la que generó una de las mayores crisis económicas en la historia.

Si llegamos a una tienda minorista de esas japonesas o chinas, donde todo es más barato terminamos gastando más de lo planeado porque ¡hey es realmente económico, puedo llevarme dos en lugar de uno! Y es así como la cadena de insatisfacción crece. Sé que estos ejemplos aplican sólo a un porcentaje de la población, muchos no tienen acceso a esta forma de vida, pero los que sí, somos los que podemos cambiar el entorno en el que vivimos, quienes tenemos la obligación de trabajar por un país más justo y equitativo, quienes deberíamos despertar con la misión de compartir al menos lo más básico como comida y/o abrigo. Y si nos ponemos generosos somos los que realmente pueden generar condiciones y oportunidades que propicien el desarrollo de otros. ¿Qué tal si empezamos por compartir un poco de lo que aprendimos o sabemos con otros amigos? Si cambiamos las compras por charlas profundas y ocupamos el dinero de algo innecesario en algo que realmente llene nuestra alma.

Expertos en otros ámbitos determinaron que muchas personas son infelices en sus trabajos y al llegar el fin de semana gastan sin pensar para decirse a sí mismos que por eso vale la pena seguir ahí, para poder costear esos gustos que en el fondo quizás no les gustan tanto, pero el entorno mediático les ha hecho creer que sí. Lo mismo ocurre con las casas, hubo una tendencia de construir espacios más grandes, para almacenar más dentro de ellas, pero un estudio comprobó que el espacio que se ocupa de las mismas es mínimo, la mayoría de personas sólo está en dos o tres zonas de sus hogares.

Quise compartir mi reflexión sobre el documental porque culmina con una frase muy cierta: “Ama a las personas y usa a las cosas, porque al revés nunca funciona”. Comencemos a disfrutar cada día con quienes amamos, pensando en qué le da sentido a nuestra vida, qué es lo realmente placentero de adquirir algo, ¿La seguridad de costearlo? Entonces, ¡Ahorra! ¿La compañía de con quién vamos? ¡Salgan juntos y platiquen!, ¿El estatus que creemos que ello nos da? Entonces, hay que trabajar más en el amor propio. No es casualidad que la felicidad se encuentre en el descubrimiento de uno mismo, en completa tranquilidad y sin preocuparte por todos esos bienes que tanto te han costado. Quizás aquello que realmente te hace feliz está frente a ti y no te has dado cuenta.